jueves, 4 de abril de 2013

Ni en lo público ni en lo privado: el alto precio de nuestras medicinas

A principios del año una nota periodística denunció los altos costos que deben para los asegurados de Essalud por medicinas, las cuales, cabe mencionar, eran destinadas para enfermedades de difícil tratamiento como cáncer, sida, tuberculosis o mentales, entre otras. Por ese entonces se hablaba sobre oligopolios farmacéuticos que aumentaban los precios de su mercadería al entrar a suelo peruano. El Estado peruano estaba en desventaja. Las soluciones pasaban por realizar mesas de trabajo de las partes para que las negociaciones de reducción de precios lleguen a buen puerto.  
Un hecho similar ocurre hoy, solo que esta vez en el sector privado. Gracias a una mesa de trabajo organizada por la  Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, donde se reunieron representantes de la Digemid y empresas aseguradoras, Seguros Rímac y Seguros Pacífico, realizada el día martes se pudo dar inicio al esclarecimiento del problema de sobrecostos de medicamentos en clínicas privadas.
La superintendente nacional de Aseguramiento en Salud, doctora Flor de María Phillips Cuba, informó que, dada la estructura de negocio y los costos de operación, las clínicas trabajan con subsidios cruzados, lo cual explica los altos costos que aquejan a los usuarios.
Explicaremos lo que es un subsidio cruzado utilizando el siguiente ejemplo: el gobierno tiene como fin hacer llegar la luz eléctrica a los estratos socioeconómicos de bajos recursos. Al no tener estos el dinero suficiente para pagar tal servicio, el gobierno les reduce los cobros. Como el capital no recaudado debe obtenerse a como dé lugar, las autoridades aumentan el coste del servicio en otros sectores. Así compensan el subsidio otorgado. Esto ocurre en las clínicas privadas.
La doctora Phillips explica que factores como los honorarios del médico, farmacia y exámenes de diagnóstico y laboratorio, suman un presupuesto clave, el cual se traduce en el alto precio de las medicinas. Sin embargo, no explicó cómo es que ocurre.
Otro caso de desinformación se pudo encontrar cuando se comprobó que los fabricantes facilitan descuentos de los precios a los proveedores por la adquisición de lotes importantes. En este aspecto, el congresista y presidente de la comisión, Agustín Molina, remarcó de irregular que los consumidores no tengan beneficio alguno de esto y sí lo tengan las clínicas.
Por todo ello, el titular de la Dirección General de Medicamentos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud, Pedro Ruíz Yarasca, opinó sobre la posibilidad de incorporar a las farmacias de las clínicas privadas en el Observatorio Nacional de Medicamentos con el objetivo de que los usuarios conozcan más sobre precios y accedan a una mejor oferta. Los representantes de las empresas de seguros se mostraron de acuerdo.
Conviene considerar, por todo esto, el éxodo de usuarios del servicio de Essalud a establecimientos privados. En los primeros, como bien se sabe, la pésima atención es pan de cada día; pese a ello, los asegurados continúan destinando parte de su sueldo al seguro social. Esto configura un panorama complicado: dan parte de su dinero al Estado, con la baja calidad del servicio, y en clínicas privadas, tienen que pagar altos costos. Todo un golpe al bolsillo y a la salud.
Sin embargo esto parece interesarles poco a nuestros padres de la patria. De acuerdo con datos del periodista Juan Carlos Cuadros, gran parte de los congresistas de la Comisión de Defensa del Consumidor abandonaron la sesión, dejando en completa soledad al presidente de ella. Incumplimiento de labores: moneda corriente en el Legislativo.  

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