martes, 5 de febrero de 2013

Pesquería: problemas en dos frentes


A fines del año que se fue, el economista Carlos Paredes, investigador principal del Instituto del Perú, presentó una investigación que describía la situación actual del sector pesquero. En ella se pudo apreciar, una vez más, la riqueza de nuestro mar (somos el segundo país pesquero más importante del mundo). Sin embargo, de parte del sector nacional poca importancia se le da al beneficio que la naturaleza nos dio.
El trabajo del investigador relataba la ausencia de responsabilidad de parte de la Administración pesquera por gestionar bien su sector. Con derechos de pesca caracterizados por la carestía de criterios claros, sin sustento económico, “la corrupción, el lobbysmo y la improvisación”, además de estar proporcionalmente en desacuerdo con la alta productividad, el resultado es que lo recaudado no se condice con la utilidad obtenida por los pesqueros. Estos, por lo demás, exageran en el uso de su “cuota de pesca” poniendo en peligro la sostenibilidad del recurso marino. Cabe mencionar, asimismo, el hecho de que se subsidie la exportación de los productos marinos en lugar de promover el consumo interno. Si usted se pregunta por el alza de precios de, por ejemplo, el cebiche en relación a años anteriores, quizá encuentre una respuesta en lo anteriormente descrito.
La investigación del economista fue de gran ayuda para enterarnos del precario panorama que se vive en el sector pesquero.
Un hecho que revela el vivir del sector pesquero fue lo acontecido en los últimos días, donde el Ministerio de la Producción ha multado a, por lo menos, 6 empresas pesqueras. El motivo ha sido la pesca indiscriminada de anchovetas juveniles, lo cual está impedido por la normativa de conservación de pescado para consumo humano ya que la anchoveta juvenil en ese estado no puede reproducirse y además sirve de alimento para otras especies. No es hecho menor, pues, económicamente hablando, lo cometido por las empresas supone una pérdida en costo social de S/. 15 millones. La multa a los infractores asciende a S/. 7 millones, con lo cual claramente se ve quién ha perdido.
Desde la Sociedad de Pesquería arguyen que fue un hecho involuntario. Pero según el análisis realizado por la Dirección General de Supervisión y Fiscalización, las empresas implicadas sabían lo que hacían, pues durante seis semanas se atuvieron a pescar anchovetas juveniles dentro de los límites señalados (10%). Llegada la séptima semana oscilaron a un lejano 80%, con lo cual el equívoco del que hablan no es más que una burda argucia. 
Las medidas a adoptar desde la cartera de Producción no se han hecho esperar. Gladys Triveño, titular de Producción, propone retirar licencias a las empresas reincidentes. De otro lado, el viceministro de Pesquería, Paul Phumpiu, enfatiza en reforzar el sistema de inspecciones. Esto indudablemente ayudará en la prevención de actos irregulares pues cada embarcación llegaría a contar con un inspector. Hay clara voluntad entre las cabezas de Producción por que no se siga avalando más hechos de tal nivel.
Lo sucedido ocurrió en un contexto de alza de precios internacionales de harina de pescado. La ambición desmedida de algunas empresas irresponsables ha puesto en peligro el ecosistema marino. Es de suma gravedad lo acontecido. Por ello, es indispensable un mayor seguimiento a lo que transcurre en nuestro litoral peruano. Hay trabajos que evidencian la realidad del sector. Problemas dentro y fuera. El Produce tiene la palabra. 

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