lunes, 31 de diciembre de 2012

Cómo la vi


Hay una canción de Diego Torres y Vicentico. Se llama Usted. Entre sus letras se encuentra una parte que dice “usted me hizo enfrentar con lo peor de mí”. Por supuesto, esta canción romántica nos remite a una mujer. Una mujer que reveló los lados más débiles de la persona. Pues bueno… a manera literal podría definir el 2012 como tal mujer. Y sí.
Particularmente a mí me gusta desentonar a veces, hacer algo distinto. Leo algunos balances de año nuevo entre mis amigos y me asaltan dos sentimientos. Uno de alegría porque a estos muchachones les ha ido de lo más bien, se han realizado, enfrentaron o jugaron con la vida y ahí están con senda sonrisa. Otro, más perezoso, que no sé si llamarlo envida o una rara admiración (caras opuestas). Conforme lean estas líneas sabrán el porqué del inicio del párrafo y de lo inmediatamente anterior.
Varios amigos alegremente describen lo que fue su balance de año. Qué bueno. Me motiva mucho saber que el origen de su efusividad es la de lograr sus planes vocacionales, haber viajado y conocido nuevas experiencias y amistades. Eso es lo que me agrada.
En cuanto a mí fue un año de lo más difícil, como si Pandora haya abierto su caja y espíritus desbordados salieran. No exagero cuando digo que fue un año difícil pues esto que digo se dio a lo largo de todo él. Leía ayer Los Miserables. Había una parte en que se dice “afortunada o lamentablemente el hombre tiene la capacidad de resistir el sufrimiento”. Quizá esa frase me define de alguna manera. No quiero aburrirlos, pero internamente sufrí. No voy a mentir tampoco, creo que sufro. En suma, señores, me topé con lo peor que hay en mí. Eso me resume, y después de largos doce meses di cuenta de que es muy aburrido andar con esa cadena del sufrimiento (vaya aprendizaje). Tantas cosas delante de cada uno por vivir, gozar, disfrutar, lamentar y uno enclavado en su miedo interno. No vale la pena. Propósito de lo que se viene en adelante: cambiar radicalmente ello. Ni más ni menos.
Y si sabiamente dejamos eso de lado les diré que fue un año esplendoroso (lo ideal es ser un partícipe integral de lo que te sucede, pero visto que en mi caso no se puede, da igual, acá lo expongo). Reí a carcajadas, escuché la mejor música, salí a marchar, pasé inolvidables veladas al lado de personas sinceras, conversé, me caí, tropecé feo, me levanté de la cama entre disgustos, empecé el día con miedo, absorto, pero la voluntad salía de inhóspitos lugares a mi ayuda, surfee (hermoso mar), hice parkour, me fui pal’ interior, donde conocí excelentes personas y logré abandonarme a la belleza de un firmamento abundante en estrellas (viaje en tolva de camión desde Paucartambo a  Cusco), leí a Galeano y su prosa de otro mundo, al Amauta- creo que leí mucho-, escribí, bajo paternal presión de mi viejo, logre que aclimatarme al mundo del teclado y esbozar lo que desde mi mente se piensa, me indigné, pataleé, sonreí, corrí, dialogué, grité, fui insultado e insulté, dos mujeres se cruzaron en mi camino, una que reencontré y otra que encontré, las dos hermosas, las dos distintas, las dos como me gustan, las dos que recuerdo, si hablamos de amor, escuché atentamente al amigo Cabral, “el amor solo cambia de nombre” (atento, enamoradizo) y más…
Camino a reconciliarme conmigo mismo (usando un propósito de Hesse), pues el problema de este año me perdió un poco,  buscare deshacerme de eso que tanto mal me hace. Le leí a mi pata Samir que un año de dificultades es un buen maestro. Será… Ha sido un año en el que a nivel personal me fijé solo en lo negativo de mí y de los demás. Basta ya. Hay mejores formas de ver la vida.
Para terminar, no es tanto culpa del año (como probablemente se dejó ver al empezar este corto testimonio) sino de cada uno. Lo han dicho muchas personas, el ser humano tiene toda la oportunidad de reivindicar su destino. ¿Que si la vida jode? Pues claro. Pero, loco, tú tienes las riendas. En cuanto a los balances, y aunque ahora este faltando a la palabra, será mejor como hace Víctor Delfín, el artista: una autocrítica del día a día. Dedicarse con amor a lo que hacemos y dejar de lado negatividades. Vivir como si fuera nuestra última oportunidad (vean EL derecho al delirio de Galeano), porque no sabemos si estaremos mañana… Feliz año. 

domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Reforma de la administración pública? Ojalá


Oímos “administración pública” y nos acomete un rápido escozor. Inmediatamente nos asaltan hojas bond, hombres bien trajeados en saco y corbata, lentes relucientes, sendas oficinas, extenuantes papeleos y larguísimas colas. Ni hablar de la insufrible sala de (des)espera. Decimos “no”, cambiemos de tema. Quizás algunos –más literarios- recuerden los “Poemas de Oficina” de Benedetti, aquel poemario que grafica bien los pormenores de una sociedad clasemediera sumida en eso pues que es la oficina, la rutina, sus 8 horas y añadidos. El microcosmos del gerente, del papel bond y fotocopias.
Estos son tópicos, pues, recurrentes cuando hacemos referencia a la gestión pública, la burocracia o quizá sea mejor llamarla “burrocracia” por razones que muy bien conocemos todos quienes hemos ido por lo menos una vez a alguna entidad del Estado. La administración pública en nuestro país es un tema tan espinoso como escandalosamente lento. Si los jugadores de la “U” en los noventa tomaban su “sopa de cóndor”, cabe pensar que los funcionarios estatales degustan sabrosamente su buen caparazón de tortuga en cada caldo servido. Y no porque “es lo que hay” sino porque es lo que a estos empedernidos del retraso les resulta más reconfortante.  
A buena cuenta tenemos, entonces, una reciente columna del profesor Raúl Ferrero, quien nos habla de la Estrategia de Modernización de la Gestión Pública (2012-2016), impulsada y aprobada desde la PCM. Los objetivos trazados, a su decir, serían los de descentralizar, simplificar la administración, obtener mayor transparencia, presupuestar por resultados e iniciar la reforma del servicio civil (Servir).
De acuerdo a lo que él mismo señala, son encomiables objetivos, buenas intenciones desde el espacio que lidera ese fantasma llamado  Juan Jiménez Mayor (César Hildebrandt dixit). Empero, el jurista de San Marcos es cauteloso. Y con razón. Estos objetivos de largo plazo se toparan con esa casi infranqueable barrera llamada burocracia estatal, tantas veces plagada de agentes improductivos (lo que se llama zánganos) y demases. Motivo por el cual la estrategia diseñada desde el Ejecutivo la tiene enteramente difícil. La decisión política, por lo demás inflexible, deberá mostrarse cuanto antes para, por lo menos, dar los primeros pasos en esta urgente reforma.
Como todo lo que atañe al Estado, en lo correspondiente a reformas, la citada reforma debe ir acompañada de acciones en paralelo. Ferrero nos refiere la lucha contra corrupción, uno de nuestros más profundos lastres (cabe mencionar el favoritismo que hallan en él las jóvenes generaciones peruanas, de acuerdo al Barómetro de las Américas. Como para decir “puajj”); reforma del empleo público (gran tarea de la patronal Teresa Laos); y que la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) profesionalice su actividad colaborando con ejecutar la Escuela Nacional de Administración Pública (atentos, gestores). Evidentemente, ir apuntalando desde otros campos también.
Y aunque el laboralista Jorge Toyama nos recuerde que solo un 9% de universitarios desee aportar con sus conocimientos en el aparato estatal, no se debería cejar en el asunto.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un martes de miércoles


Es miércoles pero me llegan las noticias del martes. Por la catadura de los acontecimientos del día de ayer decidí titular esta nota como un martes de miércoles.
Como todo lo que nos rodea, encontramos cosas buenas y malas. Sabido es que, por estos tiempos, se abunda más en la una que en la otra; más en lo negativo, que aviva nuestros truculentos morbos, que en lo positivo. Aunque en estos tiempos de difícil relativismo todavía sea posible encontrar algunas muestras de “bondad”, desconfío en ellas dada la alta hegemonía del egoísmo.
Leyendo el diario me encontré con varias noticias que bien valdría en esquivarlas en aras de mantener el equilibrio espiritual. Pero ya que no estamos para tales azares apuntaré algunas. De más está decir que son pan nuestro de cada día. Quizá ahí esté el problema. Tan acostumbrados a ellos que, miren pues, ni nos genera un escalofrío.
El más impactante de todos ellos es el siguiente. Tras los fatídicos hechos del viernes 14 en la escuela Sandy Hook en Newtown, Connecticut, donde un desalmado joven de 20 años asesino despiadadamente a 20 niños y 6 adultos, los “amantes de las armas” se han propuesto con comprar las armas disponibles- preferentemente las que uso el asesino- antes de que el gobierno tome medidas en el asunto. Así lo informa la misma empresa distribuidora, Nova Firearms, en declaraciones públicas a la prensa. “La gente quiere tenerlo antes de que el Gobierno imponga alguna restricción (a su venta libre). Quieren comprarlo todo. Hay cifras de ventas récord ahora mismo”, dijo el vocero de la empresa Nova Firearms que se encarga de distribuir armamento a CNN. La misma empresa en su página web reclamaba que los compulsivos compradores vayan presurosos a la tienda a comprar municiones de los fusiles AR15, pues las recientes “acciones socialistas” (léase “demócrata” en la concepción norteamericana) acabarían con la libre adquisición de ellas. Para rematar, la empresa hace esta difamante promoción: “Compre ahora antes de que Obama y Feinstein acaben con nuestros derechos de la Segunda Enmienda”. La atroz muerte de 20 niños y 6 adultos no son obstáculo alguno para estos mercaderes del odio.
Otra expresión de la perversión del hombre se viene dando en Grecia, país que está siendo sumamente afectado por las medidas austeridad que tienen como fin “salir” de la crisis por la que pasa. Esta solución, nos lo dice el mismo FMI, poco favor le hace a una economía deprimida; no obstante, los “profetas de la austeridad”, como los llama el economista Paul Krugman, cargosamente se empeñan en que se cumpla lo que sus apartadas mentes dicen. Así, con la aplicación de estas medidas, con cada vez mayor fuerza Grecia se sume en el abismo de la pobreza y el hambre. Actualmente las familias en un desolador arrebato de desesperanza están entregando a diferentes instituciones caritativas a sus hijos dado que no tienen cómo darles alimentación, educación ni cuidados. En este contexto, una ola de xenofobia se está extendiendo por el país que le dio origen a la civilización occidental. Partidos neonazis o fascistas como el Amanecer Dorado predican su rechazo al inmigrante y su pasión nacionalista. Estos párrafos son aleccionadores para conocer la realidad por la que están pasando los hermanos griegos: “Unos mil jubilados y desempleados hacían fila en la Plaza Attiki mientras musculosos activistas vestidos de negro y mostrando el logo del partido parecido a la suástica acumulaban tallarines, frutas, verduras, aceite de oliva y pescado para distribuir.
A la mayoría de los que estaban en la cola poco les importaba el historial de violencia contra los inmigrantes y negación del Holocausto de Amanecer Dorado. Son el único partido que está cerca de la gente, dijo Yannis Mamadakis, el dueño de una tienda que cayó en bancarrota. Nadie más reparte comida”. Esa rara coincidencia donde los momentos de desesperanza catapultan los mensajes más oscuros del hombre. (Para mayores referencias aquí el link: http://www.lanacion.com.ar/1538397-la-crisis-economica-tensa-hasta-el-limite-la-paciencia-de-los-griegos).
En Norteamérica, donde por cierto se han presentado alarmas de ataques y efectivos asesinatos luego de ese viernes fatal, y en Europa se viven tiempos difíciles. En Perú, específicamente Lima, la violencia toma otras formas, sin dejar de ser por ello violencia a fin de cuentas. Esta toma la forma del olvido, de la mentira, del desdén y la incompetencia. Todas ellas desde los poderes del Estado.
El día de ayer colapsó una tubería en Villa María del Triunfo, afectando a 108 personas alrededor de 15 manzanas. Ante este preocupante hecho, dimos cuenta- gracias a Vladimir Arana, presidente de la Sociedad de Urbanistas del Perú- de que Lima tiene las tuberías y el desagüe más antiguos de América Latina. Frente a los 20 años de tiempo útil para las tuberías y 30 para los desagües estipulados, los 81 de vigencia de nuestro sistema hace a esta caótica ciudad como futuro escenario de este duro percance sucedido en VMT. Para colmo de males, Arana señala que de las 1,835 municipalidades del país, solo 252 cuentan con un instrumento de gestión municipal que permita controlar el crecimiento y los servicios que proveen. Mientras tanto, sicarios asesinan alcaldes en el norte del país y en Lima se busca revocar a la alcaldesa.
En otro tema concerniente a la población, la Defensoría del Pueblo denuncia los elevados costos que tienen que pagar quienes sufren de accidentes de tránsito. Sobrecostos estimados en un 300%. Todo ello amparado en un tarifario del SOAT, aprobado en el 2003 por el Ministerio de Salud (MINSA). Asimismo, los servicios ofrecidos por las aseguradoras tienen como duración máxima tres meses cuando generalmente los tratamientos son de cuatro meses. Otro lado pernicioso de toda esta situación es la de, según informe de El Comercio, las aseguradoras y las asociaciones de fondos regionales o provinciales contra accidentes de tránsito (Afocat) tienen una deuda de S/. 1’903.180 con los hospitales que ven por los accidentados (33% para las aseguradoras y 67% para la Afocat).  Además de los S/. 10.000 promedio que un afectado se gasta en juicio contra la empresa de transporte por accidentes, tiene que soportar semejante embrollo. No solo el tiempo que dura el proceso es extenuante, los costos que conlleva también. ¿Qué hacen las autoridades al respecto?
Para finalizar las cosas, los otorongazos de siempre se suben el sueldo de S/. 7.500 a S/. 15.000 soles, aduciendo “gastos operativos”. No les importó a nuestros conocidos comechados el alto desprestigio que tiene su labor entre los ciudadanos, ellos, rimbombantes, se fajaron el doble de su sueldo en unánime decisión. Qué simpático sería si sus opiniones fueran igual de homogéneas en cuanto a la elección de un   Defensor del Pueblo o los miembros del BCR, o quizás más probas en cuanto a leyes y, así, no se den bochornosos casos como la aprobación reciente de la ley del Negacionismo. Pero nada que ver, ¿verdad? Nuestros pobres diablos, alias “padres de la patria”, viven pensando únicamente en el bolsillo, en intereses personales.
Así las cosas,felizmente hay algo qué rescatar de todo este bolondrón de la política. Vemos con sumo aprecio cómo un grupo de jóvenes asume los costos que suponen estar en política el día de hoy (a riesgo de que se les llame “rojos”, como patéticamente demostró la congresista Lucha Cuculiza en debate con Verónika Mendoza en programa de Beto Ortiz: http://www.youtube.com/watch?v=7POU76Tvlqs&feature=youtu.be), y se la juegan por la tía Susi que, con errores y aciertos, trabaja por una Lima diferente y más abierta a sus ciudadanos. Ha sido difícil recabar todas estas noticias harto fatídicas, fastidiosas, pero… este es el lugar en el que estamos. Precisamente el que debemos de cambiar.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Una tibia reforma de la educación, si se le puede llamar así


Era apenas un chiquillo y no estaba acostumbrado a las exigidas formalidades de salón. Mucho menos a estar acompañado con niños de mi edad, que era siete si mal no recuerdo, que ni conocía. Generalmente la pasaba en casa o en las pistas cercanas. Al compás del juego de turno. Estaba en ese salón-decía-, quieto como los demás niños, con una curiosidad limitada pues no nos conocíamos y habían adultos que con la mirada y el porte ordenaban quietud(Tan pequeños y ya con respeto a la autoridad). De pronto, de todo ese molesto silencio para nuestras infantiles humanidades, alguien rompió al llanto. No solo eso: se tiró al piso a dar pataletas. Era un chico que no soportaba la angustia de estar sin su madre e hizo lo que hizo. No se le juzga para nada obviamente. Pero del incómodo momento por el que pasábamos los que nos quedábamos sentaditos pasamos a ser atónitos testigos de esa característica escena de infancia. 
Esa es la imagen que tengo de los exámenes de ingreso para las escuelas. Si bien a mí me fue y me vino, creo que a los demás chicos les genera situaciones incómodas. Nunca traumantes, pero sí incómodas. Traigo este recuerdo a colación por la reciente medida adoptada desde el Ministerio de Educación, la cual elimina la evaluación de ingreso en la educación inicial y primaria. La razón es evitar justamente eso situaciones incómodas, a la vez que “fomentar” eso que dicen educación universal.
De otra manera no se entiende sino que se exima de este reglaje a los pequeños que ingresan al sistema educativo nacional y particular. Además de lo innecesaria porque los niños de temprana edad no tienen conocimientos fraguados, ni la edad propicia para dar este tipo de exámenes (más que todo generarían fatiga, desinterés, ansiedad autogenerada y desde el entorno, siguiendo a la Directora de Educación Inicial del Minedu, Vannety Molinero Nano), considero que los únicos favorecidos con este este examen son los bolsillos de los directores de las escuelas que crecen por el cobro de los mismos. Camuflados en una búsqueda de la excelencia académica, estos mercaderes de la educación siguen haciendo de las suyas.
Quizá sea apresurado decir cosas como esta, pero el escatológico puesto de nuestra calidad educativa así nos lo demanda (puesto 132 de 144 economías, según el Foro Económico Mundial). Claramente estos exámenes que hurgan de entre la multitud de aspirantes al alumno modelo no está dando los resultados esperados. Como si de esta suerte de examen de ingreso se garantizara la salida de individuos hechos y derechos y con talento propio desarrollado. Nada de eso. Más bien, pareciera que tiene el efecto contrario.
Hay consenso sobre lo fútil de la prueba. En lo que respecta al destinatario de las pruebas, sería mejor acudir al entorno familiar, pues es el que más los influye, lo cual significaría otro reto para el Ministerio. Además facilitaría criterios más confiables para observar la estrategia de educación al alumno, afirma Vannety Molinero Nano. No obstante lo dicho, es interesante lo que expresado por  Hugo Díaz Díaz, miembro del Consejo Nacional de Educación. El especialista en temas de educación ve en el examen un diagnóstico para aplicar las medidas adecuadas en educación para el alumno. Él está de acuerdo en que se prohíba el trato discriminatorio, expresado en exámenes de conocimientos y habilidades que los niños deben –desde arriba impuestos- tener. Pero si eso significa dejar de lado las potencialidades del alumno que se develan conforme se conocen los resultados de la prueba de ingreso, Hugo Díaz Díaz tiene una opinión opuesta.
Y en eso, pues, se resume esta nueva medida del gobierno. Como se ve no es nada “relevante” si tomamos en cuenta el estado de nuestra educación. Y si trata de que los alumnos sorteen esos fastidiosos filtros digitados por mentes ambiciosas de dinero para entrar fácilmente a los predios educativos, pues bueno ya vimos cómo estamos en cuanto a nivel educacional.
 Razón no le falta entonces que Patricia del Río señale esa –siempre precisa- “balbuceante” política. Una tibia forma de que el Minedu se vaya poniendo los pantalones para ejercer su potestad en ese tema que le compete. De hecho que desde el Gobierno se nos dirá que este es un paso para recuperar la autoridad perdida, un modo de ganar terreno y emprender nuevas reformas, mas ante eso uno muestra una escéptica postura.  Ver para creer.
De momento, suponemos que esta eliminación significará un pequeñísimo alivio en los bolsillos de los padres de familia allá por febrero o marzo. ¿Y luego qué? ¿La educación como tal cuándo? De ahí el escepticismo que ya suena colérico.

jueves, 13 de diciembre de 2012

La pesquería peruana, una lavadora y el tranquilizante


Sin otro contratiempo político que no sea el de la unión ciudadana en pos de dar la civilizada contraria a la revocación de  Susana Villarán (insisto en que se fije en los estratos sociales menos favorecidos que es donde se incuba mayor descontento hacia su gestión), me gustaría realizar algunos comentarios sobre los apuntes económicos del día de hoy.
En reciente publicación de su libro, Carlos Paredes, profesor de economía e investigador de la USMP, nos presenta un descompuesto panorama del sector pesquero peruano.  Para quienes siguen pensando en reducir impuestos a las empresas extractoras que vienen a nuestro país, a fin de que se desempeñen mejor, las conclusiones de Carlos Paredes resultaran de lo más aleccionadoras. ¿Por qué? Pues porque en tiempos de hegemónica prédica neoliberal que declara menos Estado y menos regulaciones, el hecho de que desde sus mismas canteras se diga algo contrario es de resaltar. El profesor Paredes no apostará por un cambio de sistema (de eso estamos muy lejos), pero si lo que dice trata de recaudar más para distribuir más, ahí estamos (a ver la si la paupérrima gestión del Estado se despierta de su tóxico sueño).
Los derechos de pesca, dice, que se pagan en el Perú no tienen correspondencia con la alta productividad de nuestro mar. De más está decir que el nuestro es uno de los más ricos del mundo. Propiedad de todos los peruanos, el Estado no hace mucho por que la renta que tienen las empresas suba más. La alta producción en nuestros días debe ameritar una subida de los derechos de pesca. Asimismo, en la misma presentación, Patricia Majluf, ex viceministra de Pesquería, de triste salida de este gobierno, critica que la pesca de anchoveta solamente se destine a la elaboración de harina de pescado. Teniendo en cuenta  lo nutritivo de este espécimen marino y el nivel nutricional de nuestra gente, de acuerdo con Majluf, la decisión política de promover el consumo de anchoveta en los hogares peruanos es definitivamente correcta.
La fuga de talentos que erosionan la investigación de nuestras aguas (responsabilidad no solo del Instituto del Mar del Perú, sino del Estado) y de una falta de monitoreo, hacen de nuestro sector pesquero un nuevo punto en el que trabajar, y con urgencia.
Por otro lado, Gustavo Yamada, en columna reciente nos habla de pobreza y clase media. Sobre cómo definirlas. Apunta que ya existe un consenso sobre la pobreza en un sentido monetario, esto es, se dejará de ser pobre conforme se pueda costearse una canasta de alimentos que superen las 2.300 calorías diarias, básicas para proveer de energía al ser humano. Como bien lo dice, esto en el aspecto monetario. La forma multisectorial, la que ve temas de salud, educación, justicia, etc., como se ve, es más compleja. Por otro lado el consenso sobre definir a la clase media es más intrincado. Vastos estudios desde las ciencias sociales todavía no la definen como tal, dice. Por ello, siguiendo al economista sueco Hans Rosling, Yamada desliza una clave para definir a la clase media: poseer un electrodoméstico. En este caso, una lavadora.
Es un poco raro esto, ¿verdad? Como voluntario de la Defensoría del Pueblo una vez camine por un AA.HH. que se encuentra detrás del aeropuerto Jorge Chávez. Deambulando por “El Ayllu”, que así se llamaba el asentamiento, di cuenta de que una de las vecinas del lugar tenía una lavadora apostada en la puerta de su casa. Sorprendente artefacto en un lugar como ese. No es que en un asentamiento no se pueda tener lavadoras (de repente se compró tal aparato mediante una colecta barrial, algo muy incierto realmente), sino que definir clase media en torno al electrodoméstico es una cosa muy relativa. Por el momento, me quedó con la definición de clase media, que sin ser exaltada como tal, es decir, como “definición”, la ve como acceso a los servicios públicos de salud, educación y cultura, entre otros, de calidad. Ciertamente son conceptos vagos. Como dice Yamada, aún no hay consenso. Tarea para las ciencias sociales.
En un campo lejano, el economista Waldo Mendoza nos habla de la crisis europea y nos tranquiliza. En efecto, el profesor de economía de la PUCP, comenta en su columna de hoy (13/12/12) sobre los inexistentes efectos de la crisis europea en el país. El dólar sigue en un nivel bajo, las exportaciones no conocen de pausas, los precios de nuestros minerales no decae y las inversiones se mantienen. No hay signos de que un probable desplome. Todo de maravillas. El piloto automático económico no se verá afectado, de acuerdo con Mendoza. No obstante, es de resaltar el pedido del economista por apuntar a sectores ajenos a la minería, que es el sector del cual salen más del cincuenta por ciento al PBI. En un ambiente económicamente favorable sería indispensable desarrollar la industrialización del país. Proyecto del que se desiste o ni se toma en cuenta. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

La visión y soluciones neoliberales en América Latina: distintos enfoques de reforma


Seguramente usted ya se habrá cansado de oír las voces que tratan sobre el buen estado de nuestra economía. Especialistas que peroran sobre el buen desenvolvimiento de nuestra economía hay por montones. Las cifras los avalan, bien por ellos y bien por nosotros. Los dígitos en azul y nuestra estabilidad macroeconómica son, qué duda cabe, nuestras mejores cartas de presentación ante los inquisidores ojos internacionales. De un tiempo a esta parte, la solidez económica y nuestra feraz biodiversidad como ricos minerales compiten palmo a palmo con las postales turísticas de nuestras tierras, indesligable atractivo peruano y que siguen cautivando a propios y extraños. El celebrado “Promperú”, diríamos, surge como consecuencia del buen nivel de nuestra economía. Por otro lado, también es cierto que Latinoamérica, ante la crisis mundial, figura como una región que ha sabido sortear los embates de tal coyuntura y se perfila como un lugar propicio para que las distintas empresas apunten su atención. Tales circunstancias, vale decir, han hecho que sea ya un lugar común hablar de los progresos y confianza económica en esta parte del mundo. No obstante lo anterior, la crisis es fuerte y, a pesar de lo bien que nos va como región, pronto llega y… la que se va armar. Finalmente estamos en un mundo globalizado y algo nos tiene que tocar.
Es en sentido que nos llega un informe de The Wall Street Journal Americas. El presente dato detalla sobre el proceder de las economías de nuestra región. Así, el informe abre dos grupos: uno (conformado por Perú, Colombia, Chile y México) y el otro (representado por Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador). Lo curioso del informe es que traza una raya entre los grupos. Los primeros son aquellos que liberalizaron sus economías; los segundos los que tienen una mayor regulación en cuanto a las empresas, es decir, hay una mayor presencia del Estado. Todos ellos en el marco del alza de las commodities en la región, aquella que impulsa a virar los ojos hacia nuestra región por nuestros bienes naturales.
Como se decía, el informe agrupa a los, a modo didáctico, “pro-mercado” y los “pro-Estado”. De esa forma, establece que en el último trimestre (la muestra se basa en ellos) el PBI de las naciones del primer grupo se mantiene más regular y no cae en los predecibles tropiezos por culpa de la crisis mundial. Los datos que nos da la periodista Sara Schaefer Muñoz, quien es la que escribe tal información, describen una mejor performance en los países del primer grupo. Los empresarios, siempre en busca de una mayor productibilidad, enfocarán toda su atención a los países que liberalizan sus economías, quienes tienen como objetivo hacer más atractivas sus plazas. Y lo logran. Las referencias a la “fuerte macroeconomía y estabilidad política” o “respeto a la inversión privada” de algunos empresarios son recurrentes argumentos que bien podrían resumirse en: los gobiernos se la ponen fácil. Porque, por ejemplo, ¿hablar de estabilidad política en el Perú? Sí, compare.
Desde el otro lado, los “pro-Estado”, a luz del presente informe tienen otro panorama. Por lo menos a los que este diario especializado en economía pretenciosamente se centra. Brasil y Argentina, después de una excelente actividad en economía durante el 2010, ahora crecen a reducidos pasos. El fomento de la industria interna y la protección a estas, así como los gastos públicos en estos Estados no fue suficiente y pagan las consecuencias. Dicen algunos economistas que estas medidas funcionan a corto plazo pero ahí quedan. No son sostenibles para las empresas. Sin embargo, el grupo tiene dos integrantes más que no han sido tomados en cuenta: Venezuela y Ecuador, quien brilla por su ausencia. De acuerdo al cuadro estadístico Venezuela y Ecuador caminan en paralelo con las economías del primer grupo. Incluso, y esto es para resaltar, Ecuador llega al 8%. Los países del primer grupo apenas llegan al 6 en promedio (Perú está en un 6.5%). Pero esto parece no inmutarle al The Wall… Como se deja ver en lo que va del informe, buscan ensalzar a las economías pro-mercado y relegar a las que tienen un Estado, con todos sus errores, más presente. Venezuela tiene un crecimiento similar a la de los países sobremanera afines al mercado, pero ya economistas desestiman eso y opinan que ya se las verán el año que viene. Si el informe trata sobre las diferentes velocidades de crecimiento en economía, es visible la rapidez que tienen para defender sus posturas ideológicas. Aquí les dejo el link para que puedan verlo: http://www.lanacion.com.ar/1532730-las-economias-de-america-latina-marchan-a-dos-velocidades-distintas
. (Lo veo nuevamente y observo el 12% para el segundo grupo, que está ausente en el primero. Ufff)
Cabe recordar que los países con mayor Estado son sindicados desde los diarios tipo El Comercio como los potenciales enemigos de la democracia latinoamericana, la llamada Alianza Bolivariana. Nadie niega que Correa o Chávez tienen tremendos exabruptos para con la prensa de sus países. Pero como nosotros no somos ningunos caídos del palto, sabemos que la prensa oculta intereses diversos y no por nada se les reconoce mejor con el slogan “libertad de empresa” que con el digno “libertad de prensa”. Además, y poniéndonos bajo su óptica, si ven todo con la cerrazón que da el enfoque economicista que impera actualmente, ¿esto acaso no les viene bien (el desempeño económico de Venezuela y Ecuador)? Evidentemente hay algo que les molesta y quizá sea eso mismo: que hay un Estado fuerte y contrario a lo que dicta el dogma del libre mercado.
Y esto ya es más que un lugar común. Es un acto de fe. Recuerdo la relación que hacía el brillante Saramago sobre el capitalismo y la iglesia. Ambas reproducen fanáticos por doquier. La iglesia ha ido perdiendo el paso con el tiempo, el capitalismo no. Ahí sigue, pese a sus sucesivas crisis, bien paradote. A falta de una alternativa a él, eso se entiende. O a falta de voluntad de hacer esas alternativas, quizá sea mejor decir.
En el Perú, el capitalismo está mejor que nunca. Sus teorías, ya lo dijo Richard Webb, ya triunfaron desde hace rato. Indudablemente, tenemos fallas que recorren transversalmente todo el cuerpo del país. Sin embargo ese “lugar común” de que todo esta 10 puntos nos aletarga y nos destaca hacia la pasividad.
Aquí un ejemplo: en reciente columna para El Comercio, el profesor e investigador de la Universidad Pacífico, Carlos Parodi Trece, comenta un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, mejor conocida como CEPAL. En ella se describe que, en efecto, el porcentaje de pobreza en América Latina se ha visto reducido. (Se oye un aplauso de los áulicos del libremercado). Los porcentajes son los siguientes: en 1980 América Latina tenía un índice de pobreza de 40.5%. El cenit de ella sucedió en los fatídicos noventa con un 48,4%. Con el ingreso al nuevo milenio se redujo a 43,9%, año 2002. Diez años después América Latina ostenta un envidiable progreso de 28,8%. Maravilloso, ¿verdad? (Nuevo aplauso de los cortesanos del libremercado) El problema radica en que la población ha aumentado y con ello, el número de pobres. Veamos: en 1980 América Latina contaba con 136 millones de pobres. En el 2002 teníamos 225 millones de personas en la pobreza y diez años después América Latina tiene 167 millones de personas en estado de pobreza. Los individuos que viven en extrema pobreza también aumentaron de 62 millones a 66 millones en el lapso que transcurre de 1980 a 2012. (lo del CEPAL miden al pobre como aquel que no puede costearse una canasta básica de alimentos y necesidades primarias; el pobre extremo o indigente como aquel que no puede ni la una ni la otra) O sea que el porcentaje de la pobreza ha bajado pero el número de ellos ha aumentado. “En síntesis, dice Parodi Trece, casi un tercio de América Latina es pobre”. Menuda contradicción. ¿De esto se dice algo? (el auditorio se retira fastidiado).
Carlos Parodi continúa. Somos un país de 30 millones de personas pero 10 millones son pobres. Se supondrá que los 20 millones restantes gozan de los beneficios del Estado. Esa suposición está mala. Vaya uno a ver cómo se les recibe en los hospitales, el deplorable transporte público y el bajísimo nivel de educación.
Ante esto, el profesor esboza una propuesta, en realidad dos: la reforma del Estado y de los servicios de salud y educación. Imperiosa la necesidad de reforma del Estado porque como hay mayor crecimiento, hay mayor producción y, por ello, una mayor recaudación de dinero. El problema está en cómo distribuir. Se hace indispensable un mejor manejo de la gestión pública. Segundo, para “incluir” a la gente pobre y desarrollarnos mejor, se hace igual de inobjetable reformar los servicios de salud y educación. Todo ello devendría en un trabajador con mayor calificación y, por ello, con mejores oportunidades de trabajo. Se incluyen, bajo reformas, a los pobres y punto, contentos.
Queda claro, entonces, el triunfo de la teoría, esa que trata sobre mantener el sistema y sus instituciones. ¿Alguno de ustedes recuerda La Gran Transformación? Hoy el piloto automático parece ser lo más conveniente. Para estos efectos, sirva como ejemplo el aguerrido economista Juan José Garrido, quizá uno de los mejores defensores del dogma neoliberal en el plano local. Favorito de usas estadísticas que lo avalen, Garrido toca el tema de la educación en su columna de martes en El Comercio. No de forma deliberada, sino que ve a la educación como plaza fuerte para pasar del crecimiento a, finalmente, el desarrollo. Con lo cual se complementa con lo dicho anteriormente por Carlos Parodi.
Con indicadores del Foro Económico Mundial, observamos que Perú figura en el puesto 138 de 144 economías en cuanto a calidad educativa primaria. En calidad de sistema educativo figuramos en un indecoros puesto 132. Recogiendo el ejemplo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por otro lado, Garrido Koechlin trabaja la idea de obtener una mejor calidad en educación como aliado del crecimiento. Si bien lo hace como una forma de hallar esa innovación tecnológica que nos dará un “plus” en cuanto a la producción, el economista cree igualmente en la formación crítica y humanística de la educación. Para finalizar la intervención de Garrido Koechlin, este cita la encuesta que se hizo en el último CADE. Los empresarios, el 71% por ciento estableció como prioridad del gobierno el que se reforme la educación, los mismos que, también en porcentajes, esta vez de 52%, aprobaban la corrupción como acicate para el progreso.
Como se desprende de todo ello. Las medidas para resolver los problemas por los que pasa el Perú se analizan sin tocar el modelo económico, ese que muchos peruanos pusieron por un momento en jaque con la aprobación del Ollanta candidato. Parodi apuesta por la reforma del Estado y Garrido opta por un mejor equilibrio entre capitalismo y democracia, aunque esto último suene raro, dada su abierta “repulsa” a los que el llama rojos.
Frente a este panorama que todos nos sabemos de paporreta, es interesante prestarle atención a lo que dice Pedro Francke. El economista hace un análisis, somero por cierto, del modelo primario-exportador desde su trinchera en Gestión. Basándose en una larga bibliografía, enfatiza en los contra de este sistema que prima una sola actividad económica. Dice, citando un trabajo de los investigadores Sachs y Warner del año 1997: “las economías orientadas a la exportación de materias primas les va peor en cuanto a crecimiento económico”. En este particular, sería bueno darle una ojeada al libro de Galeano “las venas abiertas de América Latina” en la que hace un estupendo análisis de, eso mismo, las economías que basan su crecimiento económico en un solo campo perdiendo de vista el resto. Las experiencias de países vecinos y el nuestro es nada menos que lamentable. El hecho de que Francke toque este tema da cuenta de lo poco que se ha aprendido en materia económica. Es, pues, el Perú un país que se trae cada cosa…
Francke habla de diversificar las actividades económicas. Ve en ello el por qué economías como las asiáticas se distancian tanto de las latinoamericanas. “El cambio de la estructura productiva y del empleo hacia las actividades de mayor nivel de productividad”, puede ser el camino. La industrialización también tiene acogida, de acuerdo con Francke. Con ella se lograría una mejor producción.
De acuerdo a lo dicho, Francke está en franco desacuerdo con esa mano invisible del mercado. Un Estado sería quien se encargue de tales tareas que el economista ve como positivas. Ahora bien: un capitalismo de Estado se preguntarán algunos. ¿Keynessianismo? Que es la cara bonita de este régimen económico. Probablemente. Sin embargo, de todas las propuestas es la más audaz por cuestionar el modelo. Esperemos que ahí no quede la cosa.
De momento, las cifras que Parodi Trece apunta caen como un baldazo de agua fría para todos aquellos que se duermen en los laureles de la reducción de la pobreza. Han bajado los porcentajes, las estadísticas, pero los pobres han aumentado. ¿Habrá opción para que reconsideren sus posiciones quienes van contentos con ello? Los que mordemos la indignación nos oponemos a eso. 

Lima no cansa de indignar.


Hemos sido testigos de esa repetitiva tara de la que constantemente hacemos gala y que a veces se constituye como uno de las prácticas en la que mejor nos desenvolvemos: la miseria humana. En esta oportunidad, la víctima fue un niñito: Adrianito.
El pequeño sufre de una enfermedad que, como se lee en los diarios, hace de su piel más frágil que la de una mariposa. Al conocerse su penosa enfermedad, se produjo una colecta pública para atender el mal del infante. Se obtuvo buena cantidad de dinero (aprox. 370 mil dólares). La operación cuesta un millón de dólares, pero en esta acomodada ciudad se logró aquello. Algo se había avanzado. Sin embargo, los miserables padres, ciegos por el dineral que tenían, destinaron parte del dinero a comprar un automóvil. Descubierta esta podredumbre moral, el padre dio la siguiente y degradada explicación: “Sí se compró ese automóvil con el dinero de la donación, pero con la seguridad y la certeza de que ese dinero va a retornar porque así me lo garantizó mi papá (acá puede entrar papi sin temor alguno) y obviamente yo confío en él”. Además de lo ensuciante que llega a ser esta declaración, la forma en que expresa esa ingenuidad de niño pequeño y de amor filial hacia “mi papá” es de lo más detestable. La combinación de torpe ingenuidad y una flagrante desatención hacia el hijo grave da como resultado esta muestra digna de un alcantarillado.  
Pero aquí no nos hemos propuesto analizar el discurso de ese estropajo al que no se puede declarársele como hombre. Más allá de que el dinero haya servido al abuelo del niño como forma de ganarse la vida, que es taxista (si eso hubiera sido cierto, se entiende completamente el proceder de Raúl  Castañeda, el impresentable. El abuelo aceptaba un dinero para el delicado estado de salud del niño.), está el hecho del comportamiento de los padres.
 Vemos pues a dos jóvenes padres con un niño en brazos. El pequeño padece un mal gravísimo pero ellos prefieren gastar en cosas que creen más importantes. Los padres más irresponsables que nunca, desestiman lo que tiene el niño. Olvidan.
Como claro signo de los tiempos, en los que nos vemos impulsados constantemente a tener y tener, padre y madre convienen en darle prioridad al carro. Se ha perdido de vista nuestras humanidades. Incluso el amor maternal, desde siempre visto como lo más fuerte y sólido, en esta oportunidad se ve mellado. La madre, sin inmutarse, aprueba la transacción. Este sentimiento consumista nos ha llevado al grado de “patear” a la sangre nuestra.
Las nuevas generaciones la tienen difícil. Un mundo cada vez más cerca a la debacle ambiental y, para colmo, la humanidad igual de próxima al abismo del egoísmo. Kafkiano.