sábado, 8 de agosto de 2015

Alpicha



Errante, ermitaño de los ponchos. ¿Viajero? ¿Como el padre de Arguedas? No… No para tanto. Pero igual viajaba de pueblo en pueblo de la sierra, por las quebradas, los cerros. Rehuía a las carreteras ese joven loco.

-¡Alpicha, Alpicha!-le decían en los pueblos-¡Plantéeme este problema en el papel, pue!

Alpicha accedía. Así era casi siempre en la vida de este joven que iba de pueblo en pueblo respondiendo, solícito, los pedidos de la escritura. Viajaba, él, solamente acompañado por un papel, lapiceros y unos ojos de constante interrogante por la belleza de la tierra.


08-08-15

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