Habia una vez un par de imbeciles que se creian la ultima chupada del mango porque... tenian trabajo. Unos soles mas los separaban del sueldo de sus padres, sus "adorados" padres. Un jueves del mes de enero recibieron su sueldo y decidieron ufanarse de ello. Cogieron la agenda y llamaron a la polleria. "Dos pollos, con papa y gasesosa". El pedido llego de inmediato. Abuelos, tios y sus padres -ademas de la mascota- se sorprendieron de la accion y acudieron con cierta esperanza a la cocina. A los ojos de la familia Revoredo una mesa abundante esperaba por sus hambrientos y no tan escepticos paladares.
-Miren, esto lo compre con lo que gane en dos semanas -dijo el imbecil numero 1.
-Y esta gaseosa-interrumpio el imbecil numero 2- la compre con el bono por ventas.
-Coman, coman- prosiguio el imbecil numero 1.
Los parientes echaban por la borda sus guardados deseos. "Estos no cambian ni un carajo", dijo el tio pelotero.
-Mama, sabes que mi amiga gana 5000 soles y solo tiene 22 años- dijo el bravucon que lleva por nombre imbecil numero 1.
La vieja, cansada ya de ese especimen al que alguna vez llamo hijo y de su estupido espectaculo, le responde, ya antes de irse a ver su novela (porque habia que reir por no llorar):
-Hijito, tu tienes 25 y no ganas ni la cuarta parte: a ver haz algo pues- y salio.
Los familiares imitaron la accion de la madre. El perro ni siquiera se quedo, porque la pobredumbre humana de los imbeciles era insoportable para la fina nariz del can. El imbecil numero dos se quedo con la papita en la mano, intacta de calor... siquiera animal
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