jueves, 23 de enero de 2014

Atiende el mensaje de Dios: radios y televisoras católicas y evangélicas

“La radio es el medio más cercano de la gente”, reza el eslogan. Si bien el alcance de las nuevas tecnologías parece haberla dejado a la zaga, la radio aún conserva su inigualable capacidad para desplegar vibraciones tanto colectiva como individualmente. La radio llegó para quedarse y hasta el hecho de que hayan radios que se escuchen por Internet dice mucho de su fuerza.

Esta fortaleza radial definitivamente fue percibida por los miembros de una infinidad de corrientes religiosas, quienes han visto en la programación radial un efectivo medio para hacer llegar el mensaje de Dios. Tal es así que en el dial peruano usted puede encontrar a los intergalácticos hijos del Padre Solar, o, en su forma humana, Jesucristo, de la secta religiosa de Alfa y Omega y de otro lado las no tan santas palabras que el Cardenal Juan Luis Cipriani ofrece a los fieles católicos en su programa sabatino por RPP, Diálogos de Fe. Del mismo modo, la caja boba da inigualables oportunidades para una mayor recepción del público frente a la palabra de Dios. 

El movimiento que apostó por las telecomunicaciones (y otras cosas más)

Probablemente quien mejor haya captado este mensaje es el grupo evangélico del Movimiento Misionero Mundial (MMM). A cargo del pastor cubano de tachable dignidad, Rodolfo González, el MMM no solo cuenta con numerosas denuncias en su haber por desviación de dinero, relacionamiento de su líder principal, Rodolfo González, con figuras políticas corruptas (tiempos del fujimorismo), amedrentamiento, entre otras, sino también con un canal de televisión (con 31 estaciones a nivel nacional) y una radio (con 81 emisoras igualmente a nivel nacional). Es tanto el poder emprendedor de este grupo religioso que en su afán de expandir la imparable fuerza de la palabra divina hasta tiene una línea de colegios, librerías y ya está próximo a crear una universidad. Bethel, la de la ovejita blanca, es el brazo mediático del MMM. Para acceder a la página web de este conglomerado de telecomunicaciones basta con poner en la web Bethelradio o Betheltv, según el medio al que se prefiera acceder. Pero cuidado, si tienes pretensiones periodísticas es muy posible que te dejen a la espera como le ocurrió a este servidor. Ni por correo ni por teléfono accedieron a nuestras preguntas.

En la Av. 28 de Julio 1781, La Victoria, está su sede principal. En lo alto de ese imponente edificio, que se distingue por su modernidad y grandiosidad frente a los vecinos edificios magullados de la cuadra, figura una gran antena y una inmensa antena parabólica, característica de radios como de televisión, que indica que en ese mismo lugar se da la producción de programas del MMM. Debido a problemas de “logística” la central evangélica no pudo ofrecernos información alguna. Sin embargo, de acuerdo a las imágenes y  textos que en su página web se puede observar, todo parece señalar que las inversiones están siendo bien llevadas dada la alta tecnología de sus componentes comunicacionales.

Un evangelio emprendedor 

Una visión diferente parece ser la que ofrece el Ministerio de La Luz. Con 17 estaciones de televisón y 44 de radio, la congregación evangélica del Ministerio Internacional de Oración (MIO) también se apunta al rubro de las telecomunicaciones. El señor Wilmar, un médico andahuaylino asimilado al ejército, nos contó cómo el mensaje del evangelio puede diferenciarse tajantemente de, diríamos, las ovejas descarriadas. Wilmar, desde su asiento de Ministro de Consejería, confesó su desacuerdo con los hermanos de otras corrientes que entregan sus favores a políticos de muy dudosa reputación. El ominoso ejemplo de Rodolfo González está calientito. Además de ello refirió que una de las cosas que pueden considerarse como una innovación es que las mujeres fieles pueden ser también pastoras.

Con grandes pósteres que parecen basarse en profundas lecturas del libro del sociólogo Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, los hermanos del MIO tienen como mensaje preferencial el incentivar a sus adeptos al emprendedurismo, esta filosofía del “tú mismo eres, tú solo te haces”. Muestra de ello es cuando el señor Wilmar inició la conversación con quien escribe estas líneas: ni bien me senté frente a él, comenzó con un relato de cómo de joven su introducción al evangelismo le mejoró rotundamente la vida económica.

Al creer los evangélicos en que Dios está en todos lados, ellos utilizan el gran local que tienen en la Av. Alfonso Ugarte como centro de operaciones para su canal de televisión. Una larguísima antena sobresale de este chato auditorio que desde lejos contrasta visiblemente con las viejas casonas que dan cabida a los partidos políticos de vieja data y que circundan la Plaza Bolognesi.  

El MIO, como toda  congregación religiosa, tiene jerarquías. Primero está el apóstol, luego los pastores y a estos le siguen los ministros. En uno de los rangos finales encontramos a los “príncipes” o “princesas” que son los jóvenes de la agrupación. En el campo de las telecomunicaciones, el papel de los locutores obedece a la lógica de la jerarquía. No cualquiera se sienta en una cabina de radio o se encuentra expectante ante una cámara. Para estar en un lugar u otro se necesita tener una experiencia en el MIO, y esto se logra solamente con los años.

                                         (Imagen del local del MIO en plena Av. Alfonso Ugarte) 

El medio que hace sabios

Muy cerca del MIO, en la Av. Guzmán Blanco, está la sede de Enlace TV. Un canal evangélico cristiano que se propone, como lo hacen sus otros congéneres, hacer llegar el mensaje del evangelio. Enlace tiene 12 estaciones de televisión y además cuenta con televisión satelital, el cual es un instrumento que le permite llegar a más localidades y a más países. Según nos contó una trabajadora de este medio, el fin del canal televisivo es que los hombres se hagan “sabios” y que, de este modo, ellos mismos proclamen las verdades del evangelio. Queda claro que Enlace TV, de acuerdo a lo dicho por nuestra informante, solamente cumple con el papel de hacer llegar la palabra del Señor. De ponerlo en práctica vital, eso ya compete a otras personas. Agua Viva, otra Iglesia evangélica, fue el punto al cual ella nos recomendó ir.

                                                      (Fachada del canal que da sabiduría)

El locutor que aclara lo que dice el Papa

El catolicismo no se queda atrás. Radio María es una asociación católica con 26 estaciones de radio a nivel nacional. Para Luis Amico, periodista y editor de programación de la estación católica, es muy gratificante laborar en la emisora pues encuentra en sus compañeros de trabajo una vocación diferente a la que cualquiera podría ver en otro lugar. Ellos, los laicos y sacerdotes que tienen programa propio en la radio, asisten de manera voluntaria. Eso llena de una mística tremenda, refirió.

La programación de Radio María apunta a un público masivo. Es así que de toda la programación, un 30% está destinado a lo que Amico llama “promoción humana”. En esta segmentación, abogados, psicólogos y hasta un veterinario ofrecen recomendaciones a los oyentes católicos. “Es una forma de ahorrarse algo”, dice Amico. Y es por eso que la gente llama. Estos contenidos son observados por el Director de Programación, el Obispo emérito de Chachapoyas José Ignacio Alemany con el objetivo de que no estén reñidos con lo que proclama la Iglesia católica. Esta labor de observación también es desplegada cuando de tocar las declaraciones del Papa Francisco se trata. Cada vez que Francisco dice algo que pueda generar polémica o que haga que “la gente se emocione”, rápidamente Luis Amico pone paños fríos y explica que lo que dijo el Papa no es tal como los medios lo venden. Para esto, se valió del ejemplo de “monseñor”. Según trascendió en los medios, Francisco eliminó el título honorífico de “monseñor” para erradicar el clasismo en la Iglesia. Para las centradas fuentes de Radio María, sin embargo, Francisco solo buscó limitar su uso.

Consultado sobre la crisis de fe que se vive por estos días y cómo esto hace que ocurra un éxodo del catolicismo al evangelismo. Amico lamentó mucho esto e indicó que para “ellos” eso no es nada bueno ya que un cristiano más que una estadística o una cifra es un alma que merece la salvación. Por ello, en respuesta a las críticas de los evangelistas deslizó que podrían llevar al aire un programa que se titule En defensa de la fe. En él, se rebatirían los argumentos nocivos y, sobre todo, afianzar la fe católica. De ningún modo, dijo, sería un programa confrontacional.

Sobre esta “migración” cristiana, un seminarista y locutor de la radio que conduce el programa Armada Infantil, que se pasa los viernes a las 5:00 pm, y que fue ateo hasta los 28, nos dijo que esto es una clara señal de lo vivo que está el mensaje de la Biblia. “Al final de los tiempos, habrá apostasía”, dijo. Con ello, bíblicamente intentó explicar el malestar de muchos católicos que se pasan a las filas evangélicas pues se sienten en “comunidad”, de acuerdo a las conclusiones que tuvo el teólogo y antropólogo, José Luis Pérez Guadalupe, en un documento de investigación que realizó para la Iglesia católica peruana años atrás. Para el seminarista del programa de peculiar nombre la Iglesia católica no está llevando las cosas mal, si no, contra todo pronóstico, está haciendo mejor las cosas.

(Luis Amico, de pie, da últimas indicaciones al seminarista y a los soldaditos de María en el set de grabaciones)

Luis Amico, por otro lado, reconoció que todavía queda mucho por hacer en cuanto a expandir las centrales de telecomunicación de Radio María pero que en eso están. Del mismo modo se apoyó en la idea de renovar contenidos para que tengan más llegada, mayor atractivo para los jóvenes. Queda la duda, no obstante, en sus palabras pues como dijo si bien tienen muchas ideas en mente estas todavía no han aterrizado del todo hasta la fecha.

La ubicación a veces importa

En la Av. Los próceres un edificio de 6 o 7 pisos acoge a especialistas de comunicaciones católicos y a sacerdotes por igual. Esta es la sede de JN19, un canal católico de línea educativa y que está en el aire desde hace 15 años. Carla Rengifo, encargada del área de producción, nos contó que los contenidos de la programación apuntan a un público familiar y que transmiten cosas favorables y “de buen proceder”. No se  verá, por ejemplo, noticias de atropello, violaciones o crímenes pasionales como nos tienen acostumbrados los canales locales, sino más bien contenidos ligados al cuidado del medio ambiente, de salud integral, entre otros. Refirió que la audiencia se  engrosa al emitirse el programa de entrevistas que el Padre Pablo, un viejo conocido de la televisión peruana, realiza tanto a gente de a pie como a artistas del mundo artístico. 

En cuanto a, diríamos, programas de contenido social, la Srta. Rengifo nos contó que hacen mucho hincapié en temas de educación sexual (“virginidad, castidad”) pues es indeseable que menores de 15 años lleven a un hijo entre brazos. En ese sentido, los programas son destinados a recuperar los valores y luchar contra la promiscuidad.

Si bien buscan reformar su programación, parece que les ha ido bien en el rubro musical. Artistas musicales como Daniel Lamas, Luis Enrique Ascoy, Miguel Quiñones, Eddy Perez, Elthon Rey, entre otros, han pasado por los sets de JN19 y todo parece estar encaminado a que el canal buscará en el rubro musical una fuente para que los jóvenes se interesen en el catolicismo. Por otro lado, consultada también por el traslado masivo de católicos al cuerpo evangélico, para Carla estos no son otra cosas que “tibios, los ni fu ni fa”. Para ella se quedan en el catolicismo los verdaderos. La autocrítica brilla por su ausencia.

Finalmente, está Pax TV, un canal igual de católico pero “más contemplativo”, en palabras de Rengifo. La razón reside en que sus colaboradores son más qu todo sacerdotes y laicos que han hecho votos de soltería. Pax TV comparte señal con JN19 y una de las cosas que los diferencia de JN19 es que, si bien ambos viven de las donaciones, tienen una mayor eficacia a la hora de la recepción de donaciones. ¿Cuestión de contactos? Parece serlo. Aunque para Carla Rengifo una respuesta tentativa es la locación. Las instalaciones de Pax TV se encuentran en el muy solicitado distrito de Monterrico.

24-01-14

lunes, 20 de enero de 2014

Las radios que suenan en Huancayork

Hemos llegado a Huancayo y una lluvia nada amistosa nos sale al encuentro. A medida que avanzamos hacia la Plaza de la Constitución, hay que ir alejándose de la acera pues el rápido pasar de las combis y carros particulares hace que el agua salpique a todo el cuerpo. Pero eso es casi imposible: hay mucha gente en el centro de la ciudad y hay que ir sorteando a los transeúntes que lentamente caminan. Un abuelito corre entre la gente portando una bolsa. Para salir bien librado de la gente que pesarosa transita alza la voz y pronuncia palabras en quechua como para alertar. Algunos, más listos, se sitúan detrás de las columnas de los edificios para que el agua no les eche a perder el día. Son pocos los que han salido con paraguas. Uno a uno, vendedor tras vendedor, se colocan en las esquinas esperando hacer su agosto. Este es Huancayo por estas fechas: una ciudad con un modelo de desarrollo similar al de Lima con el aguacero de rigor.

El centro de la ciudad es el lugar indicado donde se pueden encontrar las radios más populares de la región. Las antenas de radio, como también las de televisión, se perciben impertérritas en lo alto de los edificios ante la copiosa lluvia que cae. El espacio es aprovechado por las antenas de compañías de telefonía como Movistar o Claro.

Llegamos al edificio donde está Radio Huancayo, una de las estaciones más populares de la ciudad. Subiendo al quinto piso de la arquitectura, notamos el profundo sentimiento huancaíno: vemos el dibujo del gracioso sapito que representa a la radio y a su costado todo el cancionero de la popular canción de esta hermosa ciudad: Yo soy huancaíno por algo, inmortalizada por el artista Víctor Alberto Gil Mallma o mejor conocido como el Picaflor de los Andes. Acompañan a las figuras, una imagen de la laguna de Paca y la de la cercana Plaza de la Constitución. Ni bien pasamos por ellas, damos con la cabina de la radio.

Max Zavala, programador de la radio, nos informa sobre ella. Radio Huancayo lleva 79 años junto a los huancaínos pasándoles la más variada música. Durante las mañanas pasan las noticias, a cargo de jóvenes periodistas, y en un horario de 6:00 am a 8:00 am. Antes y después pasan pura música. Cada aniversario definitivamente es un motivo para celebrar pero dado que para el siguiente año se cumplen 80 años de la creación de la radio, los trabajadores de Radio Huancayo están decididos a tirar la casa por la ventana.

Con el correr del tiempo, la administración de la radio ha sabido estar a tono con la modernización exigida por la ola de tecnológica y ha equipado muy bien a la estación. De esa forma, la radio cuenta con modernos equipos que garantizan una óptima resolución a la hora de transmitir en las frecuencias FM (104.3) y AM (870). Este ímpetu ha trascendido los límites de la radio y le ha valido que se coronen campeones de fulbito de la Asociación de Locutores a nivel de Huancayo. La copa es lucida orgullosamente dentro de la cabina de esta radio que fue considerada en los 90 como “Patrimonio Cultural y Social de la Nación Huanca” por la Municipalidad de Huancayo.

Max Zavala, por último, dejó abiertas las puertas para todo aquel que desee ingresar a la radio. Para ello no importa mucho que uno tenga el título ligado a las telecomunicaciones, sino, más que todo, “que tenga ganas”. Así, la Radio Huancayo se va posicionando como una de las más escuchadas en el Valle del Mantaro.

A unas cuantas cuadras ubicamos a otra de las radios importantes de Huancayo: Radio 15-50, la Radio Joven (88.9 FM y 1530 AM). Como su nombre lo indica, la radio es para el público juvenil o para quienes tengan joven el corazón. No hay discriminación de edades: el punto es divertirse.

En Huancayo, por lo tanto, podemos decir que en las mañanas se presentan las noticias y el resto del día música. Salvo RPP, que tiene su filial en un tercer piso de un edificio próximo a las radios arriba comentadas, las demás siguen ese esquema. No obstante, durante la programación musical los locutores hacen comentarios de actualidad con lo cual los oyentes se mantienen informados. Por ejemplo, esa es la tarea de jóvenes escolares que, impulsados por un profesor de la Universidad del Centro, tienen un programa de radio que se emite los domingos por las mañanas y se llama “Los abejorros”. En él, los escolares presentan la situación de los colegios. Ellos se inician desde muy temprana edad en lo concerniente a labor cívica.    


20-01-14

miércoles, 15 de enero de 2014

El colombiano del platillo volador

Es raro que no haya causado revuelo en el Jr. De la Unión. A los limeños, que de sapos nadie nos gana, no les llamó mucho la atención que en este concurridísimo jirón una nave espacial se haya estacionado sin tener la molestia de avisar. ¿Qué será? ¿Cuestiones de solo ver el puntito luminoso en la oscuridad del cielo? ¿De eso se trata la curiosidad cuando de ver a los amigos de E.T. se trata? Quizá era porque el platillo no tenía la voluminosidad que desde las pantallas de la ciencia ficción hemos creado. El platillo tenía las dimensiones de un Ula Ula pero sí que se parecía a los que Hollywood nos tiene acostumbrados solo que en nivel micro, micrísimo. Un hombre de 31 años lo manipulaba. Esa confianza entre el ser humano y los extraterrestres era lo que probablemente hacía que la rutina no ceda. El platillo, cabe mencionarlo, no despedía luces resplandecientes, ni de él salían figuras en pos de conquistarnos. No. De él salía un sonidito finísimo al que se le debía prestarle mucha atención. Pero el comercio del lugar lo opacaba. Y también las autoridades de la zona que no dejaban que el platillo nos comunique su mensaje.

Un instrumento salido del viaje y que salió de viaje

De platillo volador solo tenía la forma. En realidad, era un instrumento hecho por manos humanas. Se llama Handpan y aunque es parte de la generación Y y creación de unos suizos que se fueron por el mundo en busca de nuevos sonidos allá por el año 2000, el Handpan lleva la fuerza milenaria de tres culturas inabarcables pues tres son los instrumentos oriundos de Japón, África e India y Centroamérica que le dan forma y tradición. El Gong, un platillo inmenso y que viene a la mente cuando se daba inicio a las forjadoras peleas de Gokú en el Torneo del Dragón con el golpear de su núcleo, es la parte visible de este instrumento 2.0. A sus alrededores encontramos los still drums que son múltiples cavidades en donde están las notas musicales y es originario del Caribe. Uno ve la parte superior del Handpan y pareciera estar frente a un fortísimo caparazón o ante un escudo de algún espartano con esteroides de 300. En la parte inferior, se encuentra el Udú, o lo que podría serlo, pues el Udú es una olla de barro que se utiliza en el África o la India para hacer música. El Udú del Handpan es de férreo metal y transmite una melodía muy diferente a los otros componentes del metálico platillo. Por el handpan confluyen varios metales. El que aterrizó en Lima esta noche tiene entre 20 o 30 metales, aunque para un señor de unos 50 años que escuchaba el sonido el material solamente consistía en cobre quemado.

De cara a la realidad

Ese es Daniel Puerta Perdomo, colombiano de 31 años, músico profesional y que va a Uruguay por una razón especial: aprender candombe, el ritmo traído por los negros y que hace repiquetear las orejas y caderas. Puerta, hombre de mediana estatura, cabello corto y barba crecida, viaja desde hace 5 meses tocando, aprendiendo y viviendo de lo que hace. Estuvo cuatro meses de “empleado” al alcanzar la mayoría de edad en una empresa de fumigaciones y se dio cuenta de que chambear para otros no era lo suyo. Lo que es de él es una vida itinerante de artista que “sí, no es para todos”. Además de conocer los modos de vida por donde pasa, lo confronta. Ha estado por Ecuador y en uno de los tantos lugares en el que estuvo compartiendo momentos con gente de otro sitio se mostró en desacuerdo cuando la gente hablaba de su país como un sitio invivible, intransitable y en donde todo (lo malo) puede pasar. “¿Pero y eso de los carteles? ¿Eso del Cartel de los Sapos?”. “!Pero si eso es una novela, man! ¿Cómo puedes decir eso?”. Puerta siente que la misma percepción hacia los colombianos tenemos aquí. Esto no se debe a que somos países hermanos sino a que los grupos televisivos se han puesto de acuerdo para transmitir cosas ajenas a la realidad o que la nublan. En especial, esto lo tiene indignado pues tal como sucede en el Perú, en Colombia los medios de comunicación están en poder de dos grupos poderosos. Felizmente, Puerta no estuvo por estos lares cuando El Patrón del Mal la rompía en la sintonía. Pero de ser así, igual hubiera estado “tranqui”.

Daniel es un tipo sencillo, que fluye y contagia buena vibra no solo con el sonido de su handpan sino con su voz de niño. Por ejemplo, da gusto verlo cuando mientras toca lanza risas y achina sus ojos y expresa su agradecimiento cuando alguien le colabora. Las monedas que la gente le lanza gustosa se mezclan con los pesos colombianos que ritualmente Daniel pone en frente a él en otro inmenso platillo que está cubierto por una pashmina turquesa. Él no pudo cambiar esos pesos pero no tenía por qué botarlos: de alguna forma su tierra va con él, y le da suerte. Además de eso, cuando ve a otros músicos callejeros como él los apoya con monedas. "Cuando hay, apoyo". Una argentina con violín y un paisano suyo que tocaba guitarra suyo fueron los receptores de la solidaridad gremial de Daniel. El aura y la seguridad que Daniel tiene parecen provenir de un amuleto que le dio su madre antes de partir y que tiene forma de gato, según dijo la artesana que se lo vendió. Ajustado al cuello, este gato le garantiza curiosidades sin temor a represalias. 

El músico itinerante que huye del ruido

Para tocar el handpan y para que lo escuchen cuando informa sobre la historia y virtudes de su instrumento, Daniel necesita de un espacio donde no haya mucho ruido. Él lo encontró en la Alameda Chabuca Granda minutos después de ser invitado a retirarse por una agente del serenazgo en el Jr. De la Unión y también luego de haber presenciado como una señora defendía que se quedé ahí enfrentándose a la agente del serenazgo. La señora tenía motivos para hacerlo: su hija que la acompañaba estaba en los primeros pasos de su aprendizaje musical en percusión. En Chabuca Granda el chiquito vivaz y preguntón que por ahí nomás vivía se perdió en una feria apostada en los anfiteatros del lugar.

Había mucha gente en la Alameda y una parte habilitada como por obra de gracia para él. Daniel se sentó en su sillita plegable, puso el platillo de monedas colombianas y en sus faldas el handpan. Detrás de él se veía la cruz del Cerro San Cristóbal y más arriba la luna que gobernaba la noche echaba su energía. La música que por ratos sonaba a Oriente y que cualquiera hubiera confundido con una guitarra empezó a sonar. No tardó mucho como para que a su alrededor se forme un nutrido grupo de personas que miraban el espectáculo. Un hombre tenía frente a sí un inmenso platillo y lo tocaba con la habilidad de los que saben. Las extremidades superiores para eso servían y solo faltaba que con el hombro toque la superficie. Los dedos hacían la mecanografía musical.

Una pareja de policías, que si de haberlo encontrado en el Jr. De la Unión, le habrían metido miedo, se quedaron igual de sobrecogidos que el público. Lo escucharon y amistosamente colaboraron. Las fuerzas del orden no fueron barrera alguna para que este artista de la calle siga deleitando con su repertorio, sino un niñito con sombrerito de salsero de unos 4 o 5 años que tras haber jugueteado al equilibrista en uno de los muros de la Alameda, se acercó al músico y escupió en el ovalado estuche del handpan. Daniel le señaló con mucha seriedad lo que hizo. Al final del espectáculo, se reclinó frente a él y le explicó que hacía mal. La madre del pequeño le pidió que se disculpe pero él estaba absorto. “Yo te disculpo todo lo que quieras pero si no comprendes por qué lo estás haciendo de nada vale”. Mirando a una señora que estaba sentada a su costado y que tenía una lliclla, prosiguió: “no creo que me entienda a esta edad”.     

Este músico, recién llegado a la capital, anduvo reconociendo el lugar. El Jr. Trujillo, cerca al portentoso Puente Trujillo, será el próximo lugar en donde toque el handpan pues necesita de monedas “pa’ que la nave coja vuelo”. Por el momento, se queda en un cuartito en la Av. Tacna. Un espacio  particular pues le recuerda un edificio de su natal Colombia al que odiaba y en el que paradójicamente vive hoy. Le tiene animadversión por el recuerdo y también por el ruido de los cláxones de esta transitada avenida. Así la nave no logra entrar en conexión, pues.

(Para que escuche el handpan: http://www.youtube.com/watch?v=xk3BvNLeNgw )


15-01-13
  



martes, 7 de enero de 2014

Tres momentos estelares de un guapo a la antigua


La máquina no capta el Internet. ¿Qué pasa?

-Sobri, ¿prendiste y apagaste el módem?

-Sí, tío.

-Y nada, on’. Chamare…

Yo regreso al periódico. Trato de concentrarme pero es imposible. Mi tío al ver que no hay internet en donde pueda buscar mujeres con las que hablar y luego ligar recurre a las historias pasadas. Historias fértiles en amores, en encamadas, en flirteos, de pleno goce erótico.

-Sobri, –dice poniendo cara de pícaro, entrecerrando los ojos y sonriendo como un niño luego de una travesura- me acuerdo que tu mamá hace tiempo me regaló entradas para el cine. Era el Le Paris [en lo que ahora es el cine porno Le Paris en plena Av. Colmena]. Yo estaba camino al lugar, cuando en eso veo un lomazo- dibuja las formas de una mujer muy caderona y se emociona-. “Uy no, me dije, esta es”. Y bueno pues yo me bajo como loco y me le acerco. Puta que era un lomazo. Cabello ensortijado, alta. ¡Qué tal cuerpo! Me le acerco y la miro, la miro como si la conociera y ella se siente extrañada. “Estoy viendo doble”, le dije –el gesto de pícaro vuelve a él-. “¿Te conozco?”. “Estoy viendo dos angelitos. Ay, Dios mío”. Y bueno pues la chica empieza a cagarse de risa y, no te miento, ah, caminos como de aquí a Cipreces [un barrio que se encuentra como la Universidad Católica a La Marina]. En eso, puta que acerco mi mano pues. “Ay oye qué te pasa”. “Es el magnetismo-¡nueva caraza de pillo!-“, le dije.

-Ja,ja,ja,ja

-La firme. Y de nuevo le pegue le mano y ahí sí me atraco. Puta que llegamos a la esquina y me la chape.

Termina la historia imaginándose un agarre locazo. De esos que se dan las personas cuando están bien bebidas o de esos que hacen los escolares de secundaria cuando alucinan. Todo muy teatral.

-Ella me dejo su número y me invitó a una fiesta de cachimbos de San Marcos. Puta que fui pues-dice-. Era en los sótanos de la universidad. Y puta que en eso aparece con ooootro lomazo: ¡Su hermana! (Hace nuevamente un gesto en el que recorre las formas de una mujer, una mujer muy voluptuosa). Y en eso ella me dice: “oye no tendrás un amigo por ahí”. “Oe pero no me dijiste pues”. “Sí, pero es que su acompañante nos ha fallado”. “Ok”, le dije. Entonces veo el lugar pues. Buscando con quien me empato. Veo a un flaco. “Ese es”. “Compare, te doblaste”. “¿Cómo?”. “¿Ves a esas hembras? Te doblaste”. Puta que voy con el men y conversamos, bailamos y todo. En eso ¡flaaaaaam! A los salones vacíos (coloca a una mujer imaginaria encima de él: es todo un juego). Y a las dos.

-¿A las dos?

-Síii, es que el otro… -con la voz más burlona del mundo- se “emocionó”.

-Ja,ja,ja,ja.

-Eran de Chosica, creo. Qué serán de ellas.

Una pausa, toma un respiro como si le hubiera costado contar semejante anécdota de su juventud y se lanza con otra.

-También salí con la jefa de tu tía. Un lomaaaazo. Fui a una fiesta con dos amigos de la universidad en su convertible. Estábamos yendo y en eso atropellan a un animalito. Y puta mis patas pues, ¿no?, que eran de Magdalena, Pueblo Libre también eran de esos… de esos pues que –cambia la voz y guapea- de esos que creen en los animalitos y eso. “Oe, hay que llevar al perrito al hospital”. “Oe pero la fiesta pueees”, dije, ¿no? “Toma 50”. Y –resaltando- para ese tiempo 50 soles eran 50 soles. En eso llegamos pues, ¿no? Era, me acuerdo, en el último piso de un edificio de Dos de Mayo: fichaaaza. Y yo con mis patas, “puta, loco, llegamos” (hace una mueca divertida donde levanta los brazos y los mueve como agitando algo). Y ahí estábamos pues, ¿no? Puta, puras tías ricas. Unos lomazos. Habían unas tías que tenían unas piernotas y ahí estábamos nosotros tres chibolos. Yo qué edad habré tenido ¿18, 19? Ellos tenían 20, 21, 22 (tantea edades como para acordarse). El punto es que las tías buscaban chibolos. Y ya pues yo voy por ahí y me encuentro a una tía. Puta, buenaaaza. Unas piernotas. Pero que estaba rodeada por un grupo de cinco o seis. Y yo pues me detuve intentando ver a su “chelfo” y nada. Entonces me lanzo pues, me acerco al grupo y le digo: “¿bailas?”. “¿Y tú quién eres?”. “Eh…”. En eso aparece tu tía: “Ay jeefa, él es mi hermanito”. Y yo: “ja,ja, sí…”-con una voz recontra palteada-. “Así que tú eres hermanito de Flor”, me dijo. Y ya pues, bailamos y bailamos. Conversamos. Luego me invito a una fiesta de su trabajo y fui. Al final la invite al cine. ¡No tenía ni un sol! Me acuerdo que fuimos. Pucha ella tenía, ¿cuánto? (Piensa) Treinta y tres. ¡Me llevaba 13 años, imagínate! Me acuerdo que entramos al cine rapidito porque todos nos miraban. “Puta que lomazo”, decía la gente. Y ya pues, estábamos viendo la película.

-¿Y?

-Y puta que ella estaba ahí, yo estaba ahí, pegado a ella, ¿qué esperar? “Oye esta bonita la película, ¿no?”, le digo bajito al oído. “¿Cómo?”. Me le acerco más y ¡flaam! Le meto un lenguazo a la oreja –dice lanzando nuevas risas, que ha lanzado, por cierto, durante todo el tiempo- y ya pues, sobri, me la chape. Un lomazo, yo, chibolo, con camisita y solo para la entrada jajaja.

Termina de contar y ya está más tranquilo. El Internet no ha regresado. Eso es lo de menos. A  veces viene a veces no.  No sucede lo mismo con este fenómeno que es el tío: él siempre está con un humor de putamadre. Nunca lo verás asado. Bueno, nunca digas nunca. Cierra con una frase: “Sobri, quien no arriesga no gana”.


08-01-13

domingo, 5 de enero de 2014

El domingo en que el parque se vuelve un espectáculo


Era un domingo que ameritaba que la casa se abandone y la calle sea ocupada. Por eso el gran parque público lucía lleno. Los pequeños muros de la pileta principal, situada al centro del parque, eran usados por los visitantes para darse un descanso. Ahí se conversaba y se respiraba en aire de multitud. Para bien o para mal, la pileta desde hacía años estaba fuera de servicio y la poca agua que ahí quedaba estaba en reposo. La seguridad estaba garantizada para las espaldas de quienes se reconfortaban a sus anchas en los marmoleados muros de las piletas. Metros atrás, los puestos de venta de fast food, dulces tradicionales o golosinas industriales eran requeridos por los transeúntes. Era la hora del lonche, la hora estelar para darse esos gustos.

En el anfiteatro principal se llevaba a cabo un espectáculo para toda la familia. Pero, a diferencia de anteriores eventos, se cobraba entrada. Eso parecía explicar que ni siquiera la mitad del recinto estuviera lleno. Una pena porque el coloso estaba decorado debida y enteramente para la ocasión. Letras circenses adornaban la entrada principal y había toda una red de seguridad de resguardo. No obstante, los curiosos que se había acercado preferían tomarse fotos con las espaciosas gigantografías que ahí estaba apostadas. Una señorita sacaba la lengua mientras se ponía en su mejor ángulo. Había una larga fila, sí, pero era para entrar a los servicios higiénicos que se encontraban en la base exterior de la arquitectura. En un gran bloque de piedra cuadrangular, cuatro jóvenes pasaban su tarde dominical. Con peinados que solo podían imaginarse en la películas futuristas de fines de los 80’s e inicios de los 90’s, los muchachos buscaban ser el centro de la atención.

Existían dos o tres grupúsculos donde la gente se amontonaba para sorprenderse o quizá pasar el rato mientras esperaba a la cita. En dos de ellos, artistas con lata de spray en mano pintaban cuadros surrealistas en donde cascadas de ensueño y verdes parajes servían de paisaje a una pareja. En ese firmamento, las más brillantes estrellas dominaban un cuadro de utópica e inalcanzable belleza que, no obstante, en realidad estaba muy a la mano del embelesado ciudadano: a solo S/. 10 soles. Incluso uno podía llevarse la emoción de adquirir un cuadro a solo S/. 1 previo sorteo entre el respetable. Emoción es un decir pues al ganar un cuadro –que podía ser elegido a discreción del ganador- una señora solo recibió sonados aplausos de parte de unos mochileros del sur del continente, los cuales buscaban contagiar al público. Este no les hizo mucho caso en realidad pero eso no amilanó a la señora (a la que, por cierto, quisieron emparentar con el artista los sureños a modo de broma) que entre risas no podía creer su suerte. El caso del sorteo es moneda común entre los creativos artistas del spray.

Un vidente que no vende humo

Pero entre los grupúsculos había uno que sobresalía. Y no nos referimos al de los adolescentes que bailaban muy concentrados ellos música urbana. Hablamos más bien de hombre con saco guinda y peinado engominado hacia atrás que se llamaba Luis. Nos corregimos, Lhuis con “h”. Sí, con ese énfasis. El sr. Lhuis es un hombre que aunque tenga fotos con Jaime Baily, Eugenio Derbez (el popular comediante mexicano de Derbez en cuando y quien puso su voz al entrañable burro de la película animada Shrek) y otras personalidades no es muy conocido en el medio que digamos. Una razón que podría hacernos comprender tal falta es que el sr. Lhuis con h se dedica a la ciencia de lo paranormal. Lhuis con h se dedica a proteger a quien solicite sus servicios de los espíritus malos, lee el futuro y realiza otras tantas cosas que tengan que ver con el sobrenatural mundillo del espiritismo.  Para mayores señas, Lhuis con h es vidente y, en rigor, vidente internacional.

El sr. Luis con h estaba rodeado por una veintena de curiosos entre los que se encontraban varios niños que no se sabe si les gustaba lo que el señor decía o si les gustaba ver tanto adulto a su alrededor. Los niños, no obstante, eran una molesta para el trabajo del vidente pues impedían que este se desenvuelva limpiamente por el cerrado círculo. Amablemente, pedía a los niños que se retiren. Si a la primera no hacía caso, el llamado llegaba a los padres.

Podía verse una cruz en la alfombra roja en la que se encontraba Lhuis con h. Esta cruz estaba formada por monedas de escaso valor como las de 10, 20 o 50 céntimos. Eran pocas las de un nuevo sol. No habían de dos soles y mucho menos de cinco. Las monedas se encontraban allí por una sencilla razón: Lhuis con h te las bendecía con el poder que tenía, el cual provenía desde el más allá. Los niños y también algunos chistosos le entregaban, a la hora en que Lhuis con h pedía monedas para bendecirlas, monedas de 5 centavos. Esas plateadas que te entregan en el supermercado y que molesta llevarlas en la billetera. Sin una muestra de molestia en el rostro, Lhuis con h cumplía con profesionalismo su trabajo y las recibía.

Llegó el momento en que tenía que hacer su acto principal. Lhuis con h, cual mago, pidió un colaborador entre el público. Una señora de florida ropa fue elegida. El vidente, que también te dice tu horóscopo pero en un diario popular, según refería en un cartelito que estaba al costado de la monetaria cruz, le pidió que haga saliva mientras él tomaba fuerza y proclamaba al público lo que haría.

-Saldrá humo, fuego y candela de tu mano- dijo con absoluta confianza a la señora y al público que lo veía, al momento de señalar una pequeña piedrita gris y resplandeciente: un pedazo de cuarzo.

Lhuis con h sacó un pedazo de papel metálico con el cual envolvería el cuarzo. Antes de continuar, pidió a la mujer que escupa su saliva en el papelito. La mujer no se demoró en hacer caso y en un rápido movimiento el líquido corporal terminó en el papel. Fue algo muy asqueroso en realidad. El vidente no le pidió que saque flema sino saliva pero parece que la señora estaba enferma pues de su boca salió una cosa tan compacta que no podía ser otra cosa que flema. Lhuis con h, en otra muestra de profesinoalismo, ni se inmutó. Lo que sí hizo fue inclinar el papelito para abajo para que caiga la flema. “Es que es mucha saliva”, fundamentó.

Inmediatamente, sacó unas monedas de la cruz que a sus pies se encontraba y las colocó en el papelito. Hizo un llamado a los asistentes para ver si querían que sean bendecidas. El acto de taumaturgia instantáneamente recibió respaldo pues varias brazos se aproximaron al vidente pidiendo que les bendiga las monedas. Lhuis con h las recibía haciendo hincapié en que al final del trascendental acto las devolvería dueño por dueño. En otro acto demostrativo de la pasión y la involucración con su trabajo de Lhuis con h, este untaba con sus dedos  las monedas con la saliva de la señora que atenta miraba la obra del criollo parasicólogo. Acto seguido, con el cuarzo ya adentro, cerró el paquetito, pero eran tantas las moneditas agrupadas que estas hicieron que el elemento principal, el cuarzo, caiga al suelo. ¿Mala señal? ¿El cazador cazado? El punto es que Lhuis con h se inclinó, lo recogió y simplemente explicó que, por supuesto, era mucho el contenido como para que el papelito aguante. Nada del otro mundo, simple suceso humano. Cerró el envoltorio pero ya un hilo de humo se dejó ver.

Llegó el momento final. El envoltorio estaba en manos de la señora y esta lo apretaba con fuerza, siguiendo las indicaciones de Lhuis con h. Este exclamaba lo que se iría a venir: fuego, humo y candela. El robusto vidente puso sus manos junto a la de la señora y rezó. Hizo una invocación a Dios, a Jesucristo y al Espíritu Santo. “¿Quiénes son ellos?”, preguntó como lo hacen los profesores en la escuela al público. “La Santísima Trinidad”, respondieron los que sabían. Lhuis con h asintió y dijo que ellos lo acompañaban. Otras palabras más de bendición de monedas le siguieron.

Al apretón de manos le siguió, como pasó antes, hilos de humo. Lhuis con h, un hombre de fe, cogió el humeante envoltorio por entre el público, para que comprueben la tremenda fuerza de la fe que él tenía. Si la fe mueve montañas y sana enfermos, Lhuis con h saca humito de un papel metálico, monedas de ningún valor y un pedacito de cuarzo.

-¿Y la candela?-preguntó alguien del público con ánimos de molestar.

-Por haber muchas monedas no pudo salir- replicó el vidente sin que se le mueva el rostro.

La gente empezó a irse y Lhuis con h, que para ese entonces ya había repartido su tarjeta de presentación -un volante-, dijo que quien presente este papel tendría un descuento a la hora de acercarse a su oficina para realizar una consulta. Tomarse no menos de media hora en la mesa de Lhuis con h puede llegar a costar más de S/. 100 soles. Era, sin lugar a dudas, una impostergable oportunidad.

Lhuis con h cumplió su palabra y repartió las monedas entre el público. Uno a uno hacía un llamado para el dueño de la moneda de 10 céntimos, para la de 20, para la de 50, etc. Pero llego el momento en que los dueños ya se habían retirado. El silencio momentáneo hizo que Lhuis con h llame a los dueños de los que no dieron monedas. Al hacer tal convocatoria ninguno se animó a hacerse con la moneda. En un primer momento, pensaron que era una broma. Pero, durante la velada, fueron pocas las veces en las que Lhuis con h bromeo. Sin embargo, el público, temeroso, no respondió al llamado del vidente.

-Es mía- se oyó decir a un joven entre el público.

-Moneda para el que no es dueño de la moneda- dijo Lhuis con h al momento de entregarle al joven una moneda de cincuenta céntimos. –Está bendecida- refirió como advertencia y siguió buscando más dueños.


-Bien- dijo el joven-ya tengo para mi pasaje- y se fue.

                                             (Lhuis con h mostrando sus materiales de trabajo)