martes, 30 de julio de 2013

El juego en el que te pone la vida

Los dolores abdominales punzaban implacables las paredes del estómago. Se empezaba mal la semana. Cualquier lunes de cualquier otra fecha pudo bien haber ocurrido, pudo ser un leve malestar que devendría en mentira. Pero no ese lunes. Ese lunes el cuerpo se rebeló, tiró las liviandades por la borda. Algo superaba los mecanismos regulatorios internos.

Un té, una manzanilla, ¡bebidas calientes! Eso podría ayudar al cuerpo que ya tomaba forma de moribundo. Antes había ayudado. Los problemas de digestión, habituales para mi abochornado estómago, debían de ser la causa. El fin de semana había sido, como para todo adolescente que navega por la noche, movido. Nada raro, en sí. Todo, en ese caso, tenía lógica.

La tetera hirvió. Sorbos largos pero que trataban de ser pausados. No importaba la lengua y sus quemaduras de ínfimo grado. Valía que salga la supuesta flatulencia. Nada más pero ni eso. Boca abajo, eso funciona. Boca abajo y tornear las piernas en posiciones yoguísticas para fomentar el dinamismo interno. Nada. El tiempo pasaba y el dolor aumentaba. Era hora de llamar a mamá.

Trabajaba lejos. Nada podía hacer. Los tres no éramos de enfermarnos, todo indicaba que sería algo pasajero. No sucedió así. Tirado en su cama, apretaba los dientes, aguantaba los dolores que sin descanso aparecían. Al rato, el milagroso hermano mayor entró a la casa. Fuimos a la posta de la UV3 en combi. Llegamos y esperamos.

Lunes por la mañana en una posta: estudiantes, mayores de edad y sobre todo madres con sus pequeños hijos. Los últimos sobre todo. Hicimos los papeleos, los chequeos, entrega de historias (si no me equivoco): esta es su cita, pase al consultorio. Pasamos. Éramos pocos, pero la espera era endemoniadamente larga. Carajo, ¿yo muriéndome y ahí adentro-en el consultorio- demorándose? El dolor, sensible el hijo de puta, colaboró. Seguía con fuerza  y yo sentía que desfallecía, que me retorcía, que me impregnaba al mueble de dolor. Yo era el segundo en la lista, pero el primero se apiadó de la escena que a este actor lo desbordaba y me dijo que pasé: Dios le dé eternas gracias. Pasé, rápidos chequeos, observaciones. No recuerdo lo que dijo porque no dijo ni un carajo. Salvo una cosa: descanso, pero, antes de eso, inyección urgente. El dolor era mil veces superior a la delgada y aborrecible finura de la aguja. Fui a casa creyendo estar próximo a la cura.

El día transcurrió normal. La familia estuvo conmigo, como siempre. El dolor también. Pasaron las horas. En cama ya-era de noche- me sobrevino una cosa horrible: la presión bajo a niveles subterráneos. Me sentía débil, desorientado, los kilos de frazadas que me cubrían nada podían hacer. Mi cuerpo helaba, era una barbarie. Una doctora amiga de la familia y que me salvó la vida, Nora Carrasco, vino a la casa. El diagnóstico: apendicitis. A operar, quiérase o no. Preocupación y ralentizado pase de saliva por la garganta. El dolor hizo que eso vaya a segundo plano.

Papá, mamá, hermano-el segundo- y un chico lleno de frazadas y abrigadísimo a bordo. Al Castilla, el hospital más cercano. Durante el trayecto, una canción que nunca olvidaré y que me juré escucharla con afecto siempre: Hotel California de The Eagles. La recuerdo, pero de repente el tiempo hizo que pierda la solemnidad de antaño.

Llegamos al  Castilla. En sala de espera había otros como yo. No existía opción para quedarme ahí. En realidad no recuerdo muy bien por qué. Pero solo vi el rostro de desolación de mi madre. Nuevo taxi: al Almenara de la Av. Grau. Solo me viene a la cabeza las luces amarillentas de los postes de luz en esas horas de la madrugada.

El hospital se veía más moderno y grande que el Castilla pero por eso mismo con mayor aforo. Pacientes por todos lados, ancianos en sillas de rueda como yo, solo que ellos lo necesitaban más. Yo sufría de dolor. Para mi suerte, un conocido trabajaba en el Almenara y me hizo pasar sin tanto preámbulo. ¿Quién se encargaría de los otros? Tú sí, otros no. ¿De esto se trata siempre? Las preguntas éticas de rigor quedaban para el después.

Cerca de 24 horas después entre a la sala de operaciones. Del dolor del apéndice vulnerado al que dejó la anestesia que se extinguía, era un tránsito maldito que entre lágrimas aguantaba. Me operaron de apendicitis, que no sé si cayó en peritonitis. Pasé tiempo en el hospital. Mis padres me visitaron. La noche fue solitaria aunque a mis costados estén también recién operados. Volví de nuevo por una complicación. Me operaron nuevamente, artesanalmente (esa vez, si-nuevamente-mal no recuerdo, sin la venia de la santa hermana, es decir, con todas las de la salvaje ley que cae sobre el asegurado de EsSalud: esperar ante la compasión de un médico): me apretaron el estómago con fuerza. Mis ojos se desorbitaban y daba gritos ahogados. Las lágrimas salían con rapidez. Mi madre de testigo. Recuerdo la escena y pienso que una madre nunca debe ver en ese estado a su hijo. Las madres que ven partir a sus hijos…

Digo todo esto porque tengo la gracia de estar aquí. De haber superado una operación que, en realidad no es complicada, pero que si no es atendida a tiempo es mortal. La apendicitis deviene en peritonitis, que es cuando el contenido del apéndice se riega por el cuerpo y de ahí nadie salva. Nadie.

Christian Benítez, el 11 del peinado díscolo de la selección ecuatoriana, murió de un paro cardíaco causado por una peritonitis esta semana en un poderoso país del Asia. Él, con todo el dinero ganado, murió de una enfermedad tratable. Yo, desde otra dimensión socioeconómica, salí, otros salieron. Hay cosas que nos superan. Aunque sea obvio decirlo…



30-07-13

Que siga

El individuo ya no podía más. Realmente era una situación de lo más desesperante. Encerrado en su cubículo obligado a hacer cosas totalmente ajenas a su naturaleza, él solamente recordaba los manuales o los tips de autoayuda  de las revistas dominicales que solía revisar para mantener el ánimo al tope. Era un ejercicio cotidiano pero, en realidad, también fugaz. Un antídoto y a la vez veneno. No era lo suyo, él lo sabía a la perfección. Pero la situación de la casa lo ameritaba. Se reconocía que no había espacios para disidencias nimias. No, había que hacerlo quiérase o no. La realidad era más efectiva que los manuales: vida o muerte, usted decide. En ese momento se iban al tacho los pensamientos de positividad y entraba a tallar el realismo con insumisa fuerza. Los resultados no eran los mismos: cara larga y amarga o rostro apacible. ¿Y qué importaba? La gestión de resultados del mundo de las empresas desde incontables décadas es parte del ADN de la vida social. No había mucha diferencia después de todo. “Manos a la obra”. De nuevo al ruedo.


30-07-13

viernes, 19 de julio de 2013

Sacándole la vuelta a MMMQ

La movida cultural limeña ligada a la literatura ha mostrado una vez más su enojo. Esto a raíz de la Feria Internacional del Libro (FIL) del presente. Más allá de las perspectivas a largo plazo que esta no pueda tener (como lo es promover la feria mayormente hacia literatura de consumo y ausentar mesas redondas críticas, según afirma Carlos Trivelli, comentarista de cultura de Luces), la desazón gira en torno al homenaje que se le hará a Martha Meier Miró Quesada, la editora de fin de semana de El Comercio y encargada del suplemento cultural El Dominical. MMQ, como suele firmar la autora, es considerada como un desatino en el mundo de las letras. Tanto así que cerca de 200 personajes ligados a la ambiente cultural-periodistas, escritores y poetas- han firmado una carta pública impidiendo que el reconocimiento proceda.

Entre lo que se lee de la carta se subraya lo siguiente: “Meier no solo no ha contribuido a la cultura de este país sino que, por el contrario, su figura ha sido decisiva para empobrecer la cultura cívica y minar los cimientos de una ética de sana convivencia ciudadana”. Los argumentos, como se ve, son inquietantes. La Meier, vale repetirlo, se postuló al Congreso con el fujimorismo allá por el 2001. Y en la actualidad, ha venido apoyando la causa del fujimorismo: que no es otra cosa que liberar al criminal que purga condena en su cárcel de oro. Ahora mismo, Meier debería estar de lo más complacida con la elección de los cargos para el TC.

Sobre el aspecto cultural probablemente tengan razón los artistas e intelectuales firmantes pues ellos son los que más están atentos al mundo de la cultura. En cuanto a sus columnas, son pocas las veces que me topo con algo interesante (como la vez que lanzó críticas a los neoliberales peruanos), pero, la mayor de las veces, los juicios de valor que hace a la política peruana van desde la pedantería hasta el ad hominem fácil. Al mismo estilo de la  Cuchi Valenzuela: pura chillería. Quizá lo que se le puede rescatar a MMQ es su difusión del ecologismo, pero ¿cómo calibrar vocación ecológica con fujimorismo? Un raro híbrido.

No obstante lo dicho, eso no mella el interés que desde un principio tuve por el FIL. Más allá de que el plato estrella sea la presentación del libro de Pedro Suárez Vértiz que ha motivado que otro grupo-quizá el mismo-del cuerpo de letras pegue la voz en el aire, yo me inclino por acudir a escuchar a Sergio Ramírez y Leila Guerriero.

Mi primer contacto con Sergio Ramírez se lo debo a la poetisa Marcela Robles, la hija del fallecido cineasta Armando Robles Godoy. En su ya no tan habitual columna dominical, Marcela Robles hablaba con reconocimiento sobre un libro de crónicas de Ramírez “Margarita, está linda la mar”. Para ese momento, en que me afanaba con la crónica, y que el comentario venga de Robles, fue como un “lo saco sí o sí”. Por cosas del destino al ir a la biblioteca solamente vi el libro de lejitos. No obstante, la imagen de Ramírez causó mayor evocación en mí cuando me enteré que fue viceministro nicaragüense bajo el gobierno del FSNL. Escritor y revolucionario ¿qué mejor? Hace poco Ramírez escribió una columna crítica sobre la virtual construcción de un canal en Nicaragua, el cual le haría la competencia al de Panamá. El impacto ecológico sería nefasto. En suma, Ramírez promete y merece tener audiencia. Tendría muchas historias para ofrecer y seguro dirá algo respecto al susodicho homenaje.

Por otro lado, Leila Guerrierro . Abro un domingo cualquiera la página de Domingo, suplemento cultural de La República y me encuentro con Piedra de toque de MVLL. Cuando este no habla de política internacional, todas las cosas parecen ir en su sitio. El autor de La ciudad y los perros le lanzó unos elogios terribles a la argentina que, al leerlos, uno se siente convencido de darle una mirada a su obra. Guerriero no es flor de un día. Ha ganado el Premio Nuevo Periodismo, fundación creada por Gabriel García Márquez y de cual fue parte Ryszard Kapuscinski, una de las eminencias de la crónica periodística. Leila actualmente está en el podio de la crónica contemporánea así que los estudiantes de periodismo bien tendrían una provechosa lección si se disponen a verla. También el público en general. ¿Qué no me creen? Revisen esto entonces: http://elpais.com/elpais/2013/05/16/opinion/1368714188_384998.html.

MMMQ habrá podido bajar los ánimos pero pienso que hay que ser prácticos. Claro que se puede ir a boicotear su presentación, como dijo alguien en las redes. Sí, pero eso ya corre a cuenta de cada uno. En lo personal, yo iré a ver a los escritores que he nombrado. Lástima que Pedrito no pueda cantar. De otro lado, esto es un aviso para las autoridades de cultura (¿Se oye algo ministro Peirano?) para que pongan cartas en el asunto.




Fuente: La República

19-07-2013

jueves, 18 de julio de 2013

Guion

(Título)
Escena 1)

 (Matías y Emilio salen de la universidad. Están en los pasillos de la facultad de Comunicaciones. 4:00 pm.)

Emilio: Jodida la clase, ¿no? Cada vez me voy convenciendo más de que Ramírez es una vaca sagrada de esta facultad. No enseña ni un carajo. No entiendo nada de su curso gracias a ese huevón.

Matías: (Ríe) Sí, seguro. Fue un tremendo error haberme metido a esta clase de mierda. Me quedé jatazo… Ni modo, a seguir nomás.

(Emilio: (suspira) No creo que soporte el ritmo de esta huevada.

Matías: Ya, oe. No seas niña. Lucía me dijo que podríamos estudiar algo para los exámenes que vienen. Es tu oportunidad.

Emilio: ¿Qué hablas?

Matías: Ya pes, broer, no te hagas el sano. Te he visto cómo la ves. Babeas por ella.

Emilio: (nervioso) Fuera oe. No pasa nada con esa flaca.

Matías: Tsss… Tú sigues en el cole, ¿no? Mándate oe. Esa chica es buena onda y, viéndola bien, está doyle, ah (Ríe).

Emilio: (amenazante) no seas gil…

Matías: (Ríe) ¿Ya ves? Habla nos juntamos y los dejo solos.

Emilio: Puede ser.

Matías: Esa es (ríe)

Emilio: Oe, mi viejo me vino a recoger. ¿No quieres que te jale hasta Pardo?

Matías: nada, man. Estoy bien. Me voy a otro lado.  

Emilio: Ya, como las huevas. Un abrazo pes. Y, sí. Le dices a la hembrita (ríe).

Matías: De cajón, brother. ¡Te cuidas! hablamos. (Se abrazan)

Matías lo ve alejar. Mientras Emilio se acerca a su viejo y lo abraza, Matías sigue observando. Se sonríe.
 “Emilio siempre buen tipo”, piensa. Matías se acerca a la avenida. Debe de tomar su carro.

Escena 2:
(Matías sube al carro. No está tan lleno. Se sienta y, pensativo, mira la ventana con los audífonos puestos).
   
Escena 3:
(Llega a casa. Se sirve un pan que está en la  cocina. Enciende la computadora. Y se pone a revisar su perfil en “swingers”. Lleva tiempo ahí, aburrido, cuando ve una foto que le impacta. Es la sonrisa de una chica. Él la agrega y al rato ella acepta. Mientras todo sucede, la música tiene un papel importante. Comienzan a hablar de muchas cosas. Matías se ve entretenido y  tiene respuestas en Lana. La escena se interrumpe cuando Rafa llama a Matías)

Matías: hola

Rafa: oe imbécil te he estado llamando. ¿Dónde estabas?

Matías: habla, huevón. Puta, se me acabó la batería.

Rafa: Ya fue. Oe, ¿cómo es hoy?

Matías: Puta, tengo harto por hacer, huevón.

Rafa: Sí, sí. Eso siempre escucho. Caemos a Tábano hoy.

Matías: Oe…

Rafa: Recién la han sacado huevón. Tú sabes cómo se ponen las flaquitas con los estrenos. Además hoy hay tributo a The Clash. Te busco a las once.

Matías: (Ríe) Este huevón… ¿Va…?

Rafa: no, la huevona ha viajado. Ya no jodas. Tengo que colgarte. Once, ah. No seas demorón que te dejo.

Matías:(Ríe Ya, ya. Oe pero ahora tu sacas, ah. Mi vieja casi me chapa la bolsa el miércoles.

Rafa: no, sabes, broer. Tengo la hierba más fina. Hoy te saco de seco (ríe).

Marías: Conchatumadre (ríe) No me pongas dengue.

Rafa: (Ríe)Ya. Hablamos, maricón. Te quiero ver ahí.

Matías: dale.

(Eran las 10:30 pm. Matías ve el ordenador. Lana se había ido. Dejó un mensaje: “jajaja, eres un huevón. Si puedes nos vemos entre la semana. Me robaron mi celular pero por aquí está bien conversar. Un beso”. Matías se sentía realizado. Los vecinos y la ducha sufrieron la destemplada voz del adolescente mientras se bañaba).

Escena 4)

(En una calle desierta de Barranco, Rafa y Matías están fumando hierba y tomando unas cervezas).

Rafa: y qué tal?

Matías: (ojos chinos sonriendo)

Rafa: positiva o no positiva? (Ríe)

Matías: Alucina que veo que un choclo gigante nos persigue.

Rafa: (Ríe) Cada vez hablas más huevadas, mi hermano. Seca tu lata ya, huevón. Que no quiero pagar 30 lucas para entrar a esa mierda.

Matías: Sécala tu, weon. La otra vez morí.

Rafa: (Ríe) Eres un mariquita. (remedándolo) Rafa, Rafa unas batichelas, unas batichelas. Imbécil! (Le arroja un poco de chela y se caga de risa).

Matías: Hijo e’ puta!!!

(Rafa corre hacia el local. Matías se limpia y lo sigue, medio ahuevado. Una amigable cachetada de Rafa lo vuelve a su sitio)

Escena 5)
(La música está sonando muy bien. La gente del bar, toma, baila, conversa, se besa).

Rafa: Salud, huevón! Salud!!!

Matías: Salud, mierdaaaa!

(A un tipo que conocen le cae la espuma producto de la celebración).

Tipo que le cae: Oe ya pes imbécil, ¡¡¡no jodas!!!

Rafa: Sorry, viejo. (Riendo) Toma un poquito más (le salpica algo de chela)

Escena 6)
(Matías y Rafa están tomando juntos. A eso de la 1:00 am llega un grupo de amigos. Entre ellos se encuentran dos lindas mujeres: Nicole y Alexandra).

Rafa: ¿Ya viste?

Matías: ¿Qué?

Rafa: Sal.

(Sale disparado)

Rafa: Hola, ¿bailas?

Nicole: Ya pues

Escena 7)
(Rafa baila una salsa de Sabor y Control. Es la hora pachanguera en Tábano.  Después de bailar).

Rafa: Estoy con mi pata. También está en la de Lima. Vamos, te invito un trago.

Nicole: Ah, ¿sí? Un ratito.

(Nicole se acerca a Ale, su amiga. Las dos terminan con Rafa y Matías)

Escena 8)
(Los cuatro juntos: Rafa, Matías, Nicole y Alexandra).
Rafa: Y pienso en invertir en eso. Unos años más y seré el rey de las tablas en el Perú.

Nicole: Te veo bien, ah (Ríe).

Rafa: Lo Houston… jaaa. Oe Mati mira, la chica es de peso. Hace box. Mira nomás su mano izquierda (Ríe).

(Señala la mano de Nicole: su mano está vendada)

Mati: ¿En serio? Peligroooooooosa.

Nicole: (Ríe) Nada Si quieres celeste que te cueste pues. En la escuela me caí.

Rafa: Uyyy, qué penita.

Alexandra: ay, qué jodido este tipo. (y toma el trago que lleva entre manos. Lanza fugaces miradas a Matías. Él está tan fumado que no logra darse cuenta).

Rafa: (Ríe) Vamos, Nicole. Ya pusieron salsa de nuevo. Déjame enseñarte algunos pasos.

Matías: ¿Tanto?

Rafa: Para que veas, calichín.

Escena 8)
(Todos en la fiesta están bailando. Matías está aburrido y va al baño. Dentro ve a Rafa besándose con Natalia. Matías va al cubículo que está frente a ellos. Orina y lanza una mirada al espejo. Natalia, mientras Rafa le besa el cuello, lo está observando con atención. Matías se queda un poco sorprendido. La escena termina con Matías saliendo a las 3:00 am, toma un taxi y va para su casa).

Escena 9) 
(Matías en su habitación. Le han dejado más trabajos. Sigue pensando en la sonrisa de Lana. En un momento decide actualizar su estado de la página (swingers): y pone por canción “el amor es un ruido”)

Escena 10)
(Ese mismo día se da un tiempo para ir  a una exposición de música experimental donde asisten 25 personas. Es un cuarto oscuro. Al salir siente que una chica lo mira).

Escena 11)
(Dos días después entra a la página y ve en su perfil de swingers varios likes de Lana sobre música que él ha ido posteando. Él le envía un mensaje diciéndole que no pudo responder porque había estado ocupado pero la quería ver. Son las 6:00 pm)

Escena 12)
(Son las 10:00 pm y Matías está echado en su cama intentando leer una revista. Rafael lo llama)

Rafa: Man, ¿qué fue? Te busco para tomarnos unas chelitas.

Matías: Rafa, no la hago. Estoy muerto. He tenido un día jodido.

Rafa: Vamos oe. Va a estar bacán. Fácil va Nicole de nuevo con su amiga. No seas cabro.

Matías: No, cholo. Ni cagando la hago. Te busco mañana para ir a montar.

Rafa: Puta fue. Hablamos.

(Cuelga. Matías saca una película de su mochila y se pone a verla. A la vez, enciende un wiro y se pone a fumar).

Escena 13)
(1:00 am. Matías sigue viendo la película y Lana le manda un mensaje. Este dice: “no sales hoy? La fiesta está buena!”. El mensaje viene adjunto con una foto en la que se ve como una mano con un tatuaje coge un chilcano. Matías se entusiasma. Se baña, se cambia y acude a la fiesta) 

Escena 14)
(La fiesta es en Matadero. Al entrar, Matías se cruza con gente conocida. El busca con la mirada a Lana. Sin saberlo, cree ve a una chica en la barra. Se acerca a ella)

Matías: ¡Lana! La toca por la espalda

Nicole: ¿Matías? ¿Qué hablas?

Matías: ¿Qué? Tú eres Lana. (Mira su tatuaje) ¿Qué?

Nicole: ¿Estás bien? Mira tus ojos, huevón.

Matías: Estoy bien. Puta… ni cagando. Pero…

Nicole: Me estás asustando.

Matías: Mira esta foto.

Nicole: (sorprendida) Chucha, tengo una admiradora (se mata de risa). Me tomaron foto mientras tomaba el chilcanito. Estaba rico (ríe nuevamente).

Matías: Es una huevada.

Nicole: Oye, lo vi a tu amigo Rafito por ahí. Está por el baño.

Matías: (confundido) Sí, lo iré a buscar.

Escena 15)
(Matías se dirige al baño. Está confundido. Logra ver a Rafo, que nuevamente está besándose con una chica)

Matías: ¡Oe, Rafa!

Rafa: ¡Habla, oe!

(Se aparta de la chica)
Rafa: ¿Qué fue?

Matías: Puta estoy confundidazo. Creo que me han cagado.

Rafa: Ayy… Compadrito. Tan chiquito tú (ríe).

(Matías levanta la mirada y ve a la chica: es Alexandra. Él se queda desconcertado. Rafa mira a la pista por ver quién será su próxima conquista. En ese momento, al tiempo que Alexandra se dispone a retirarse pasa por el lado de Matías. Ella le dice al oído: “Loves is noise, love s pain” y le da un beso en la mejilla. Matías se queda más desconcertado aún. Se voltea a verla y, a medida que se acerca, el juego de luces cae sobre Alexandra produciendo tal efecto que solo se ve su sonrisa. Es la sonrisa de Lana).

Matías: ¿Qué?

Rafa: ¿Qué fue?

Matías: ¡Huevón, has agarrado con la  chica de la que te hablé!

Rafa: ¿Esa perra es Lana? Estás cagado, oe.

Matías: ¡Calla, huevonazo! (le da un golpe que Rafa esquiva. Este lo pone contra la pared).
Rafa: ¡Estás fumadazo! Vámonos ya, recontra imbécil.
Escena 16) 
(Matías y Rafa se van pero Nicole y Alexandra se quedan mirándolos con pena y risa. Ellas piden dos chilcanos más. Al rato, se besan).


jueves, 4 de julio de 2013

Periodismo en el Perú hoy: ¿qué pasa, qué hacer?

Removió el piso. Las últimas declaraciones del presidente Ollanta Humala-en realidad, mucha de sus actuales y probables políticas-siguen moviendo de sus asientos a gran parte de los sectores sociales. Sean empresarios, sociedad civil, partidos de oposición, esta vez le tocó al cuarto poder. Hace unas semanas, durante el evento, “Cambiemos de actitud”, que es una campaña a favor de la seguridad vial, el Humala Tasso lanzó las palabras que motivaron las más viscerales críticas de parte de los opinantes de prensa nacional (e incluso internacionales, como ya veremos, pues las palabras fueron de exportación): “les pido 15 o 20 minutos a los medios de comunicación a que pasen noticias positivas”.

Ollanta Humala fue el primer jugador de la partida de dominó. La reacción ha sido sorprendente. Ciertos sectores de la comunidad periodística se han visto visiblemente afectados. Mariella Balbi, por ejemplo, subraya que esto puede asemejarse mucho a las políticas represivas de gobiernos como el ecuatoriano o argentino frente a los medios de comunicación. La tensión ante el rapto autoritario de la que habla Balbi aumenta si atendemos a toda la volcadura de epítetos que han llegado al gobierno desde la prensa debido al intento de compra de Repsol o la ley de publicidad de comida chatarra: finalmente el nacionalismo se quita la máscara moderada. Otros periodistas, como Julio Lira de Gestión, aseguran que si el presidente empleara sus esfuerzos en poner en prácticas las reformas necesarias para promover las inversiones privadas la cosa cambiaría ostensiblemente. Rossana Echeandía se limitó a decir que la prensa tan solo es el reflejo de la sociedad, así que no pida mucho presidente. La lección es clara: presidente, no se meta usted con la prensa bajo ningún motivo.

Camilo Egaña, conductor de la CNN, pegó el grito en el cielo. Lejano a matices políticos, Egaña subrayó, citando a su tía abuela, que las buenas intenciones pueblan el infierno. Egaña recuerda lo fútil que es pretender mover un medio de prensa en cuanto a noticias positivas. “No venden” y, además, “no le importan a nadie”, asegura enfático y casi con desespero. Egaña finalizó que de hacerle caso al presidente en Perú se corre el riesgo de que se emitan noticias del tipo “chinos evitan tocar desconocidos” o que “los esquimales rehúyen a las ventiscas”. ¿Este tipo de noticias que pertenecen al mundillo de la anécdota o lo intrascendente, como también aspira a ser el conductor, pueden ser consideradas como positivas? Camilo en el colmo de la desubicación se engaña y pretende hacerlo mismo desde su cómodo sillón televisivo.
Razón no les falta a la sociedad civil y a ciertos sectores de prensa llevar opiniones contrarias al gobierno nacionalista. Definitivamente, uno le lleva la contraria- por citar un ejemplo- al escuchar la antihistórica propuesta de llevarse a miles de muchachos al servicio militar discriminadamente.  Razón no falta pues los problemas desatendidos son muchos. Pero sí hay algo de fundado en las motivaciones que  tiene el presidente para el pedido polémico: el actual estado de los medios de prensa peruana. Fuera de la coyuntura política, el pedido del mandatario tiene mucho de cierto.

Basta encender la televisión peruana en los horarios de la noche para ser testigos de un espectáculo de muerte, morbo y miseria humana. Atropellos, asesinatos, suicidios, reportajes ponzoñosos e imágenes mórbidas cada vez más explícitas. ¿Resulta incómodo pedir que la prensa varíe los nefastos contenidos que día a día presenta?   

La introducción, por larga que parezca, sirve para diagnosticar muy bien el proceder de la prensa peruana. Hoy somos testigos de los ruines contenidos presentados en la prensa. Más allá de que los espacios comunicacionales presenten tal calidad de contenidos-que es válido y legítimo- no se percibe una contraparte, un espacio de comunicación donde se den contenidos ajenos a lo fácil, escandaloso y al inmediatismo. En este sentido, una prensa poco juiciosa ha sabido copar espacios: las portadas de Trome, el diario más vendido del país, es una extensión del universo “Al fondo hay sitio”. Los ejemplos siguen. Banalidad y crónicas rojas, ese es el coctel que ofrece la prensa.   

La prensa de investigación está venida a menos. Si bien en los últimos años han sonado fuertes los destapes periodísticos como el de los Petroaudios, Comunicore y, más recientemente, el delicado caso de compras de inmuebles ilegales de parte de Alejandro Toledo, la prensa de investigación no se fomenta. En ello coinciden muchos representantes del gremio periodístico. Como bien sostiene Pedro Martínez  Varela,  periodista especializado en investigación municipal, en el libro Bocas de fuego, muchas veces los periodistas prefieren que se les rompa la mano para ocultar información valiosa. La prensa-continúa-es más un medio de difusión que un medio de comunicación.

Esto tiene su correlato en la mercantilización de la prensa, en la lógica de los mercados. La publicidad va ganando espacios que antes eran propiedad de las noticias. Este fenómeno, mundial, fue atinadamente observado por Ryszard Kapuscinski, considerado por muchos el reportero del siglo XX, en su libro Los cinco sentidos del periodista. Por otro lado, los medios de comunicación, ávidos por recabar lectores, presentan informaciones que muchas veces son poco trabajadas; como consecuencia de ello la calidad es cuestionable.

La prensa peruana, por otro lado, cada vez  se siente más afín a los grupos de poder, siendo incontables las ocasiones donde fungen de meros voceros de grupos empresariales. Durante las elecciones del 2011 las multitudes enardecidas que salían a las calles  dirigían sus baterías contra la prensa, en respuesta al cierre de filas de varios grupos de prensa en torno a Keiko Fujimori. Aún está intacto el recuerdo de las portadas intimidatorias hacia el candidato Ollanta Humala. La contratación en horario estelar de Jaime Baily-tildado de “sicario mediático”- para desprestigiar a Humala fue el símbolo del paroxismo de ciertos grupos ante el riesgo de perder poder. Queda en el recuerdo de la gente, entonces, una prensa vendida al gran postor. Quizá sea sintomática, en esta pérdida de confianza, que sea César Hildebrandt- un (in)voluntario exiliado de la prensa televisiva y situado en las antípodas de la prensa convencional- calificado como el periodista de mayor credibilidad en el Perú.

Hace unas semanas en un evento realizado por la red de periodistas culturales se tocó el insoslayable tema de la situación crítica del periodismo. Ante la seguidilla de preguntas, los ponentes, reconocidos periodistas del medio, proponían que el periodista vuelva a su estado natural, es decir, que vaya a la calle, que “gaste la suela”, que se empape de la realidad. Hoy más que nunca las historias están a la orden del día: el periodista debe aprovechar eso. Las tecnologías de la información juegan muchos puntos a favor.

Consultados sobre qué harían para cambiar la situación del periodismo, tres reporteros locales dan su opinión. Javier Lizarzaburu, periodista especializado en temas urbanos y autor del blog “Lima Milenaria”, llama a que grupos de periodistas salga a las calles a recoger las interesantes y abandonadas historias de la ciudad. Además incita a la formación autodidacta del periodista. En ese sentido, el periodista Ghiovanni Hinojosa, del semanario Hildebrandt en sus trece, hace un llamado al empuje del periodista por ver satisfecha su vocación periodística es decir añadiéndole más calidad al trabajo. Un poco más escéptica es Maritza Espinoza, destacada periodista y columnista del diario La República, quien cree que la actual dinámica de la prensa, aquella basada en la preferencia por la publicidad, no tiene solución a la vista. En cuanto a la calidad del trabajo del periodismo, ella le da una reprimenda a los centros de estudios superiores por que mejoren la calidad de su enseñanza y así tengan un mayor margen de empleabilidad. Las soluciones a vuelo ojo de pájaro pueden parecer sencillas.

Un par de semanas atrás, Miguel Bosé dejaba en ridículo a la prensa peruana por sus preguntas bobas y recurrentes. El cansancio de los artistas ante ese tipo de preguntas ni por asomo se compara al descontento de miles de ciudadanos que sufren del periodismo facilongo y muchas veces morboso de la prensa peruana. Este trabajo busca ser una contribución por cambiar ese panorama.


















Bibliografía:
-PUCP. Facultad de Artes y  Ciencias de la Comunicación
2010 Boca de fuego. Primera edición. Lima: Fondo Editorial de la PUCP
-SÁNCHEZ B., Catalina
2006 “Reseña de Los cinco sentidos del periodista de Ryszard Kapuscinski”. Comunicación y Hombre. Consulta: 28 de junio. http://xa.yimg.com/kq/groups/19326480/757999084/name/Ryszard+Kapuscinski_Los+cinco+sentidos+del+periodista.pdf



30-06-13