Verónica Ferrari, presidenta del Movimiento Homosexual de Lima (Mhol), nos concede unos minutos antes de salir con su novia y su hija a montar bicicleta por las calles de Lima. Sin miedo a los carros que avezados transitan por Lima, así también Vero responde a las preguntas sobre el evento del viernes 14, Un billón en pie, y sobre el Frente Amplio, movimiento de izquierdas formado de cara a los próximos comicios electorales. Tanto en el uno como el otro, tiene respuestas muy críticas al respecto, que usted podrá leer líneas abajo. Por otro lado, Vero invita a las empresas que han dado su apoyo a Un billón de pie para que se unan también a las luchas por los derechos de los homosexuales, dueños de una invisibilización sistemática por parte del Estado. Contradicciones de un Estado dizque liberal (“los liberales son cuatro gatos con columnas en medios”) que sigue considerando a las mujeres una población vulnerable sin darse cuenta que con ello legitima la situación de desigualdad pues se les sigue viendo como víctimas. Usted puede ser testigo de las disparidades de nuestra sociedad peruana cuando el sábado 15 en Plaza de Armas la policía y una red de católicos boten a las personas que se van a besar públicamente como parte del evento “Besos contra la homofobia”. Vero no necesita ser pitonisa para saber que las fuerzas del orden caerán con todo para impedir tremendo “escándalo”.
-Este viernes, Un billón en pie buscará concientizar a la población sobre la extrema violencia hacia la mujer. También, recientemente, a fines de cada año, se da La Marcha de las Putas. Estos dos eventos, a su vez, buscan concientizar a la población. ¿Ves alguna influencia que tengan?
Hay varios eventos que se dan todos los años. Quizás Un billón de pie y La Marcha de las putas son movimientos organizados por mujeres más jóvenes. Hay de alguna forma una renovación del feminismo que no vemos desde las propias ONG’s sino ya desde las universidades, las cuales mueven todo esto o algunas otras iniciativas como la Alfombra Roja. Esto es de mujeres feministas jóvenes. Pero también hay eventos muchos más antiguos como la Marcha por el Día de la Mujer, que siempre levanta el tema contra la violencia; el del 25 de noviembre contra la violencia contra las mujeres; la Marcha del Orgullo contra las violencias LGTB. Entonces siempre ha habido manifestaciones. Estas son importantes porque visibilizan una realidad. La gente de la calle que generalmente no ve este tipo de situaciones pueda darse cuenta que hay gente que está preocupada por esta situación y que de alguna manera está haciendo algo. ¿no? Porque todo el trabajo que se hace dentro de las ONG’s en general no se ve pero estas iniciativas de tomar las calles, de salir y marchas, llevar pancartas, gritar; bailar en este caso como en Un billón de pie son importantes porque visibilizan que por un lado hay gente unida en contra de una situación que es espantosa y por otro lado visibilizan la situación espantosa que viven las mujeres en el Perú.
¿Qué pasa con Un billón de pie? Porque aquí sí están diferentes ministerios, la policía, la CGTP con un Mario Huamán que determina que los obreros ya no molesten a las mujeres durante las obras. ¿Qué hace diferente a Un billón de pie de, por ejemplo, La Marcha de las Putas, tan largamente señalada?
Tiene buenos voceros.
¿Es la financiación internacional o algo? Porque La Marcha de las Putas surge en Canadá, también es internacional y...
Claro, son movimientos internacionales que buscan su propio financiamiento. Me imagino que el Billón de pie tiene mucho financiamiento y también tiene voceros que son muy mediáticos. Entonces, eso ayuda muchísimo. Los demás no tienen vocería.
Pero buscan lo mismo. ¿Qué pasa?
Buscan lo mismo pero (El billón de pie) tienen voceros. Tienen una estrategia armada para una situación. Eso no significa que eso esté mal. Significa que cada organización plantea su estrategia y sus objetivos como ellos lo consideren. O sea, el dinero tampoco te lo dan solamente porque se te ocurre hacer una marcha. El dinero hay porque se busca financiamiento.
Ahora el Billón de pie está apoyando esto de la Magistratura con Demus…
Casi todos los estamentos del Estado están ahí metidos.
¿Sientes que es sincero ese apoyo?
(Piensa) Hablar de sinceridades del Estado es medio raro. El Estado no es un ente que pueda definirse desde esos adjetivos. El Estado hace lo que le conviene, y lo que le conviene a una sociedad también, dependiendo de su ideología. Entonces, va a ver qué es conveniente para ellos y va a sumarse. Lo que no significa que sea insincero sino que es el espacio donde ellos creen que pueden estar. Por ejemplo, del Estado nunca hemos visto un apoyo para la Marcha del Orgullo, ni tampoco ninguna ley a favor de la mujer. Y en el Perú sí hay leyes a favor de los LGTB y también a favor de la mujer, para protegerlas de violencias específicas. O sea, el Estado necesariamente va a estar metido ahí.
¿Crees que es ingenua la crítica a estos voceros mediáticos como Jason Day, Mónica Sánchez e incluso una concursante de Combate que, a la vez que se pronuncian a favor del evento, en sus roles actorales sigan reproduciendo valores que definitivamente tú, tu movimiento y mucha gente del país está en contra como, por ejemplo, Al fondo hay sitio, que reproduce racismo, clasismo, etc.?
Yo creo que no hay un análisis profundo de la situación sino más bien superficial. Si buscamos voceros mediáticos, la mayoría no son personas que tienen una posición ideológica sobre determinado tema sino que ven de alguna forma superficial toda la situación. Entonces mientras pueden estar totalmente en contra de las violencias contras las mujeres pueden también estar reproduciendo la violencia en sus propias vida, en los trabajos que hacen, los lugares a los que van, etc. Entonces es algo inevitable. Estamos metidos en un contexto en donde prácticamente todo ha naturalizado la violencia hacia las mujeres. Y escapar de ello es muy difícil. Necesita una reflexión personal que la mayoría no quiere hacerse.
Una de las críticas que se le hacen a un Billón de pie es que puede resultar poco serio y sin ningún contenido ideológico claro. Gandhi decía: “frente al odio respondemos con amor”. Frente a las masacres, frente a las ollas de agua hirviendo que te tiran, ¿bailamos?
(Piensa) Mira es una estrategia más de muchísimas más que hay. Hay estrategias más radicales y estrategias más suaves. El asunto aquí no es anular una estrategia porque a nosotros nos parece ingenua, despolitizada o inútil. Si no, tratar que nuestras propias ideas o estrategias puedan hacerse realidad en algún momento. Sabemos que Un billón de pie no es una cuestión feminista, es una cuestión que va a una sola arista de la violencia, que es la que vemos, pero no va a desestructurar toda esta cadena de violencia que genera que las mujeres estemos en una situación de precariedad.
¿Y cuál es ese origen?
¿De las estructuras de violencia? La sociedad machista, el capitalismo…
¿No critica eso Un billón de pie?
No, claro que no.
¿Es muy superficial?
Es evidente que no lo critica. Y de alguna forma se queda ahí. En un contexto específico, sin poder llegar a más que eso. Pero no tiene por qué eso ser malo de por sí.
¿Crees que en esa falta de crítica profunda radique el apoyo desmesurado?
Sí, claro. Mientras más suave, más amigable y mientras más sonriente seas, menos anticuerpos vas a generar y más posibilidades de que te ayuden también, pero no sé qué impacto tendrá sobre la sociedad realmente.
Ese apoyo de la juventud a eventos como Un billón de pie, que puede ser tildado de superficial, ¿podría ser captado por organizaciones o movimientos políticos que tengan en la agenda la defensa de la mujer?
Si se introducen yo creo que podrían estar de acompañantes. No van a poder lograr más, solo sumarse a una estrategia política. El papel de los partidos políticos es otro. Es darle contenido a una situación que vemos que se está vaciando de contenido. El problema en el Perú no es si la violencia, sino cómo una sociedad legitima esta violencia. Mientras legitimes la violencia, menos posibilidades tienen las mujeres y los LGTB puedan escapar de ella. Es decir, mientras por un lado los trabajadores de la CGTP no van a violentar a las mujeres cuando estén en las calles, en su casa pueden seguir violentando a sus mujeres, a sus hijas o a cualquier otra persona. No darnos cuenta de eso, que hay una estructura más grande, mucho más perversa, mucho más naturalizada y mucho más incrustada en la vida de los seres humanos, la situación no va a cambiar. Y las políticas públicas en el Perú no la ven.
¿Esa revelación pasaría por que grupos de izquierda asuman el papel de mostrar la estructura patriarcal?
Bueno, ese es el papel de la izquierda; la derecha no lo va a hacer.
En el Frente Amplio (FA), sin embargo, no parece ser esa la consigna.
Claro, porque han crecido en una sociedad sumamente machista, homofóbica y que arruina el cerebro y deshumaniza a la gente y convierte a las mujeres en objetos desechables. No hay un ánimo, creo yo, más allá del discurso de cambiar esta institución y levantar las banderas de la mujer. Realmente nos vamos a quedar con lo mismo de antes. Antes también la izquierda levantaba los derechos de la mujer pero ahí se quedaban y nunca desglosaban esa situación: participación, alternancia, paridad. Todo lo que hemos pedido siempre. Pueden decir: “sí, nosotros estamos de acuerdo con la igualdad de la mujeres” pero al final no hacen nada por que esta igualdad sea efectiva. Y lo mismo pasa con las personas que son LGTB. Yo no le veo mucha esperanza a este asunto si no hay una renovación generacional. En la izquierda esto no sucede.
¿Y la secretaría de LGTB del FA?
Hay secretaría de la mujer, de LGTB, de juventudes. ¿Al final quiénes toman las decisiones? Estamos viendo que en la mesa se sientan últimamente hay un par de jóvenes y el resto son personas de generaciones pasadas. Y al final ellos son los que deciden. O deciden ellos o los demás no pueden entrar. No existen puentes que puedan generar que otras personas puedan tener voz y voto. O deciden los que tienen plata pues, ¿no?
¿Ese es síntoma del apagón político de los jóvenes?
No de los jóvenes, ah.
¿De la sociedad en general?
Sí, sí. El Perú es un país que está fuertemente adormecido. El neoliberalismo nos ha cooptado, ha cooptado nuestra vida y nuestras acciones. Me refiero a ciudadanía. Mientras en Chile el movimiento estudiantil puede reunir a cien mil personas en las calles, aquí movemos a cien. Entonces te das cuenta en qué nivel de ciudadanía, o de conciencia de derechos o de exigencia de justicia y de dignidad existe en nuestro país. Estamos en el nivel más bajo.
12-02-13
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