Su habitación apenas está
iluminada. Cree que corriendo la cortina el aire dejará de entrar. Solo una
cornisa cubre la rara ventana que solo abriéndose permite ver el exterior y
viceversa. La otra permite que pase la luz. La habitación se ve incómoda. Hay
un gran mueble que dio allí porque si seguía en la sala, los muebles terminarían
gobernando la pequeña pieza. “Hay que aflojar”, dijeron sus hermanos mayores.
Qué mejor que tener un mueblote propio. Y ahí se encuentra en su pequeño cuarto;
sirviendo generalmente para tirar la ropa que de otra forma estaría mezclada
con la sucia que está en el balde y rebosando. Él siente que le da igual la distribución
de cosas en su habitación, pero en realidad cada vez que pueda se va a un lugar
más abierto. También siente que tiene una deuda con la pila de periódicos que
su lectura esperan. “Es que no hay tiempo”, dice Guillermo Antúnez mientras ojea
las pachotadas que en el Facebook publican sus amigos y ciberamigos.
-Cuéntame lo del trabajo.
Puucha. Es bien difícil pero fue
una bonita experiencia. Me he levantado cerca de las 4:55 de la mañana y,
durante tres días –contando hoy- no he tenido sueño. Eso es bacán. En las
próximas semanas, cuando me cure esta vaina (aspira e inspira y se escucha un
ronquido en su pecho: síntoma de su avanzado estado de gripe), voladito me voy
a correr. (Señala el parque que está
enfrente, donde dos perros juguetean y un niño patea un balón venciendo al
padre que hace de arquero)
-Te gusta estar activo..
Sí, pilas, un poco que hago lo
mío. Parece que por eso no me pasaron hoy.
-¿Cómo así?
-Viejo, ¡en esa agencia pedían
que transcriba tal como estaba el texto de los periódicos! ¿Para eso estudia
uno periodismo? Para ser sincero no es tan difícil el periodismo, en realidad
es lo opuesto. Creo que fue un error meterme a la Bausate pero a lo hecho
pecho. Sin embargo, ¿un estudiante de periodismo entra a pagar sus derechos de
piso de esa forma? Me parece muy cojudo. Era horrible. Cada vez que intentaba “voltearlo”, como se dice
en la jerga periodística, me decían que no lo haga, que lo ponga tal como
estaba en el bendito periódico. ¡Jodidazo! Semanas atrás me había embutido con
links y links de portales de periodismo. Entre ellos recuerdo a un cronista
colombiano que ahorita se me ha ido su nombre que citaba cómo Gabo (Gabriel
García Marquez) producía sus reportajes, como los contextualizaba y, a partir
de eso, las distancias se rompían entre el lector y la información. A mí me
pareció buenísimo e intente aplicarlo. Tanto así que tuve la buenísima suerte
de encontrar un libro fotocopiado al que le faltan algunas páginas de Gabo que era sobre su chamba periodística. Realmente bueno.
-Otro tipo de periodismo al que estamos acostumbrados entonces..
-Exacto. De esa línea también es
el bigotudo Caparrós. No lo he leído tanto pero es como una eminencia en la
crónica latinoamericana. Curiosamente, él ha escrito una crítica contra la
crónica en el sentido más ruin de la crónica, o comercial como la están queriendo
ver ahora si se quiere.
-Regresemos al incidente. Me has contado que lo que pedían básicamente
eran transcriptores más que redactores o periodistas. ¿No te parece
desproporcionada una generalización sobre este trabajo puntual y tus opiniones
sobre el periodismo?
-¿Cómo, cómo?
-De repente lo que ellos buscaban era eso: transcriptores y no
redactores. Quizá te equivocaste de lugar.
(Piensa) Puede ser. Pero, mira, esas notas se van a publicar en sus páginas
web, van a ser vistas. Estamos hablando de personas que leen. ¿Qué sentido
tiene que transcriba partes del texto si de todos modos van a leer la columna o
la nota? Creo que es tonto.
-Piensa en los clientes..
-Debe ser eso. Son ministerios
varios, una empresa minera, organismos municipales, distritales y hasta
regionales. Hay empresas cosméticas y una trasnacional. Son gente de peso, ¿me
entiendes? Eso dice mucho también del poder.
-¿Qué cosa?
Que estamos dominados por
organizaciones que de la información solo buscan el interés, el dato frío. Ja,
y de qué manera. Mínimo que dejen-hablo de la empresa- a resumir el texto de
acuerdo a la capacidad del redactor que supongo que para algo está ahí. No que
hagan esas boberías de transcribir solamente. Eso me parece nefasto. Mientras
salía, admito que cabizbajo, pensaba que este tipo de trabajos debería estar
dedicado a escolares o a la gente de la pre. Se supone que esas noticias
provienen de gente capaz que redacta bien (he visto que en una nota corta
utilizan una misma palabra tres veces y eso que no era un tecnicismo), entonces
las personas de las que te hablo bien podrían tener un aprendizaje activo de
las reglas de gramática. Sé que puede sonar tonto, pero es que no encuentro
otra alternativa para justificar un
trabajo de tal nivel. Si quiera los que hacen resúmenes de programas en
vivo o de radio la pasan mejor.
-Puede ser pero sobre lo otro. ¿No estarás siendo muy duro? Es más, y
eso es normal, vamos: ¿no estarás picón?
Ja (ríe sarcástico) Nada que ver. Ya te quiero ver sentado ahí con todo
un potencial increíble para querer enganchar al lector, inventar historias, si
quiera adornarlas un poquito, haciendo el mecánico y primitivo trabajo de un “copy
and paste” casi manual. No, así no es.
-¿Alguna otra que quieras decir?
Que los chicos no lean a
Salcedo-Ramos ni a Gabo ni a Jon Lee Anderson ni a otros tantos si quieren ver
sus bolsillos gordos. Estoy aprendiendo, a cocachos, que el periodismo es cosa
seria. Pero ya depende de cada uno.
04-10-2013