Acabo de leer la entrevista que
el día de ayer Fernando Vivas le hizo al ministro de Educación Jaime Saavedra.
Estas son algunas impresiones.
La primera es sobre cómo empezar
a entender la acusación que se le hace por la compra irregular de computadoras.
¿Está implicado él en el asunto como aducen los fujimoristas? No parece
verídico si prestamos atención y vemos cómo se asoma en el pútrido horizonte
naranja y aprista el interés por tirarse abajo la Reforma Universitaria.
Centrándonos en la compra
irregular, estamos ante un claro caso de corrupción. Cómo combatir esto desde
la endeble infraestructura estatal. ¿Cómo se dan los procesos y cómo permean a
los agentes nocivos? En ese sentido, habría que calibrar las dimensiones de ese
caso para tener evidencia de la hipotética vinculación que en esta haya tenido
Saavedra Chanduvi. ¿Hace falta un politólogo que explique el entramado
institucional y social que recorre al aparato público? Sería lo ideal pero
también lo puede hacer cualquiera con dos dedos de frente. Lo cierto es que se
necesita un análisis riguroso del tema. En ese caso, si alguien tiene algo
similar respecto al tema de Gregorio Santos: lo necesitamos. Regular bien este
apartado nos sitúa en una posición estratégicamente buena pues tenemos modo de
rebatir a estúpidas contraargumentaciones al estilo amarillista de Castañeda o
de la típica clase política: yo estoy a la cabeza pero no tengo por qué estar
al tanto de lo que hacen mis allegados. Espero se haya entendido este punto.
Respecto a educación física y
educación de equidad de género –podríamos añadir educación artística-, a partir
de la entrevista estoy con el ministro. Sus alusiones a la importancia integral
para el ser humano del deporte, como también sus vinculaciones de una educación
de género para enfrentar claros problemas sociales como el embarazo adolescente
(lo que implica educación sexual en los colegios), nos pone frente a un
ministro mentalmente de avanzada. Pero claro, estamos partiendo de opiniones y
hace falta ver cómo van los avances en la educación. Si alguien tiene un
informe que detalle estos aspectos, pase el talán.
Lo dicho, guarda relación con la
reforma en educación: ¿es cierto que han aumentado los sueldos de los maestros
como dice? ¿Cómo van las cinco horas de inglés? Urge, por tanto, tener
conocimiento de los avances realizados. Como dato adicional me gustaría
recordar sus expresiones respecto a valorizar aún más la carrera universitaria
del docente. Pide que se eleven los estándares de educación. Los que “la han hecho
en educación” (hace falta conocer esos países y sus experiencias) poseen un
panorama distinto al nuestro.
Conocer el balance de su gestión (me
gustaría que esto suponga el espinoso tema de la situación laboral de los
docentes; aún más cómo los alumnos sienten su educación) en adición a las
opiniones vertidas, nos daría una mayor perspectiva para situar nuestra
relación con el ministro y con lo que hace el ministerio más que nada. Pero
como la interpelación se viene y es obvio que se intenta con ella atorar la
reforma de la educación superior, será mejor que, de momento, nos conformemos
con análisis específicos que poco a poco alimentarán un balance más general.
Por eso, si está en juego una, al
parecer, crucial reforma escolar y universitaria, como también la calidad de los
Juegos Panamericanos, ¿por qué no llevan a cabo acciones manifiestas de
respaldo al ministro? Viendo esto no como un pliegue de voluntades
exclusivamente hacia él, sino como una muestra ciudadana de repudio a las
sanguijuelas de los predios universitarios. La idea es difícil, sobre todo en
momentos en que se desarrollan protestas de los servidores de justicia y de
salud. Qué bien se recibirá a diciembre…
28-11-16