viernes, 12 de febrero de 2016

La Lima que nunca más veremos: comentario a un artículo de Antonio Zapata




(Se trata del artículo Sociedad y desarrollo urbano: Lima 1900 -1980 que aparece en el texto mayor Lima, espacio público, arte y ciudad editado por Johanna Hamann) 




De lleno, es un artículo introductorio. Un artículo muy bueno que te sirve para entender, desde un plano general, el crecimiento de la ciudad a nivel poblacional desde inicios del XX hasta la década de 1980, que, vale decir, no culmina de explicar del todo. Sirve para aproximar, es eso. Agrada la idea de una Lima heterogénea, pero social y vivencialmente apretada: no había espacios. Era el Cercado de Lima el que, a inicios del XX, ejercía de espacio metropolitano de vivienda para todos, de ahí que podría haber sido entendida como una Lima de todas las sangres y clases. Es agradable la semblanza que hace de que todos caminaban por la ciudad, pues los servicios de transporte eran mínimo: apenas un tren, luego un tranvía, al mucho rato los automóviles para los pudientes. En ese sentido, vale mucho la lectura del cuento de Ribeyro “Los eucaliptos” que narra la manera en que la ciudad se abre espacio sobre una ciudad con todavía hálitos pedestres.

Poco a poco se juntan dos factores: el crecimiento vegetativo y la migración interna. Crece la tasa de natalidad por descubrimientos de la medicina, crece la migración (desde siempre la hubo, pero cambia en cuanto a clases sociales) y tenemos lo que tenemos hoy. Sin embargo, indica que es a partir de la  Segunda Guerra Mundial en la que aumentan las migraciones internas. No obstante, hubiera sido más pertinente que ahonde en lo que significó la Reforma Agraria, de la cual la segunda presidencia de Manuel Prado (1956-1962) estudió implementar pero que finalmente impuso Velasco. Sobre este punto, es de digna mención cuando el historiador anota que el velascato contribuyó mucho a la reivindicación de poblaciones oprimidas y a la organización de las mismas. Esto tenía como correlato la creación de grandes unidades de vivienda y las ya ingentes invasiones y creación de barriadas. Subrayable el estudio de este régimen por cuanto valora el modo de organización y lucha de la gente de ese tiempo..

El autor habla de las políticas llevadas a cabo desde las clases acomodadas, entre las que se destaca la participación de un joven diputado Belaunde Terry y la creación de bancos para inyectar dinero en el sector vivienda. Cabe mencionar la creación de autopistas para la creciente importación de automóviles. Por otro lado, señala someramente las estrategias seguidas por las clases populares al hacerse con los terrenos estatales y también las medidas del mismo aparato ejecutivo. En ese sentido, -y lo dice desde el mismo comienzo- hay que considerar la evolución e historicidad mínima social; es decir, quiénes son y a dónde van –en cuanto a migración- y por qué factores. Responder estas simples preguntas nos haría entender mejor del todo por qué Comas es lo que es actualmente. En ese sentido, empataría bastante bien con lo pretendido por Maritza Montero.  

11-02-15